Gime el placer, se derrite la noche
al ver mis manos deslizarse por tu cuerpo,
grita el silencio al verme beber de tu venero
y te ven gozar de mis suaves caricias.
El viento ulula celestial melodía
cuando mi cuerpo en el tuyo se funde,
en un solo ser se convierten
y el fuego de la pasión vierten.
Plañida de gozo la lumbrera titila
a lo lejos se escucha un murmullo,
a lo lejos, vocifera el deseo
enredado en la libido de tus encantos.
Rabioso el sueño muere de alborozo
cuando el espasmo se pierde en un suspiro
en un poético latido se desvanece
aquél, aquél que sólo fue mío.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
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