martes, 3 de junio de 2025

EL OLVIDO, TU OLVIDO.

 




 

Acíbar amargo es el olvido,

un trago que quema la garganta,

 un vacío que se expande en el pecho.

 

El sabor de la ausencia, persistente y lacerante,

un recuerdo que se resiste a desaparecer.

 

 La memoria, un campo de batalla

 donde la nostalgia lucha contra la resignación,

un espacio donde el dolor

se entrelaza con la esperanza.

 

 Acíbar amargo es el olvido, 

una herida que sangra en silencio,

 un susurro que perdura en la soledad.

 

 

 

Autora : Ma. Gloria Carreón Zapata.

@copyright.

¡NO TOQUEN A NUESTROS NIÑOS!

 




"لا تلمسوا أطفالنا..."

بقلم   : ما جلوريا كاررين زاباتا _المكسيك 🇲🇽

ترجمة   : حامد حبيب  _مصر 🇪🇬

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     صراخٌ  وبكاءٌ  في صمت  ، في  ضجَّةٍ  مفجعةٍ   تعكسُ الخوفَ والكربَ والغضبَ في مجتمعٍ مهددٍ في جوهره...في أطفاله.

إنها دعوةٌ يائسةٌ للحماية ، والدفاع عن البراءة ، لضمانِ آمن لمستقبل الأجيال الجديدة.

إننا  نطالبُ  بالعدالةِ  والاحترامِ  ومساحة  خالية  من  العنف والاستغلال وأي شكلٍ من أشكال الإساءة التي يمكن أن تضر بالأكثر ضعفا.

إنها دعوةٌ لكل فرد ، لكلِّ مؤسسة ، لكلِّ حكومة ، لإنشاءِ بيئةٍ وقائية ، حيث  يمكن للأطفال أن ينمو في بيئة آمنة  ، خالية من المخاوف والتهديدات.

 أطفالنا هم مستقبلُنا!  إنها صرخة تحذير ، وهو  أمرٌ   يتطلَّبُ تغييرًا عميقًا ، وتحولًا للوعي الجماعي ،لبناء عالمٍ  تُعَد حماية الطفولة فيه أولوية مطلقة،حيث تكون سلامةُ كلّ طفل قيمة لا تقهر.

إنه كفاحٌ من أجلِ مستقبلٍ أفضل،مستقبل تكونُ فيه ابتسامةُ الطفلِ هي أنقى تعبيرٍ عن الأملِ والفرح.

سوف يتردَّدُ صدى البكاء حتى تصبح حماية الأطفال حقيقة واقعة... فأطفالنا هم مستقبلناا!

___________________

المؤلف: م. غلوريا كاررين زاباتا.

الرئيس الدولي ل "أككامكسيكو".

¡NO TOQUEN A NUESTROS NIÑOS!

El grito retumba en el silencio, un clamor desgarrador que refleja el miedo, la angustia y la rabia de una sociedad que ve amenazada su esencia misma: sus niños.

  Es un llamado desesperado a la protección, a la defensa de la inocencia, a la garantía de un futuro seguro para las nuevas generaciones

Es una demanda de justicia, de respeto, de un espacio libre de violencia, de explotación y de cualquier forma de abuso que pueda dañar a los más vulnerables.

Es un llamado a la responsabilidad de cada individuo, de cada institución, de cada gobierno, en la creación de un entorno protector, donde los niños puedan crecer en un ambiente seguro, libre de miedos y amenazas.

 ¡No nos toquen nuestros niños!  Es un grito de advertencia, un clamor que exige un cambio profundo, una transformación de la conciencia colectiva, para construir un mundo donde la protección de la infancia sea una prioridad absoluta, donde la integridad de cada niño sea un valor inviolable.

  Es la lucha por un futuro mejor, un futuro donde la sonrisa de un niño sea la expresión más pura de la esperanza y la alegría.

  El grito resonará hasta que la protección de los niños sea una realidad. ¡No nos toquen nuestros niños!



Autora : Ma. Gloria Carreón Zapata.

Presidenta Internacional "AKKA MÉXICO".

Traducción: Hamid Habib _ Egipto 🇪🇬

"EL JARDÍN DE LA EXPERIENCIA"

 



 

Soy un hombre autodidacta,

que aprende de la experiencia

toda regla, toda ciencia,

pero de nada se jacta.

Yo busco en la rima exacta,

mejorar mi trayectoria.

Y hoy disfruto con euforia

de la paz y la armonía:

¡en la hermosa poesía,

que nos comparte Ma Gloria!

 

 

Autor:

ENRIQUE QUIROZ CASTRO

Piura Perú 03/06/2025

Derechos reservados ®

domingo, 25 de mayo de 2025

BAJO LA NOCHE ESTRELLADA.

 






El aire cálido de Reynosa acariciaba el rostro de Estela mientras observaba el cielo, un lienzo infinito salpicado de estrellas que brillaban con una intensidad casi palpable.  El aroma a jazmín y tierra húmeda se mezclaba con la música lejana de una fiesta, un eco distante que no lograba opacar la serenidad de la noche.  Ella esperaba.

Su corazón latía con una fuerza que le hacía temblar ligeramente.  No era la incertidumbre lo que la inquietaba, sino la anticipación, la dulce espera de un encuentro que había soñado durante meses.  Desde que conoció a Mateo, un joven arquitecto con ojos color verde aceituna y una sonrisa capaz de derretir el hielo más resistente, su vida había tomado un giro inesperado, un rumbo hacia la felicidad que antes le parecía inalcanzable.

Mateo, un hombre de pocas palabras, pero de profundos sentimientos, le había prometido una noche bajo las estrellas, una cita romántica en el lugar más especial de Tamaulipas: el mirador del Cerro del Bernal.  El lugar ofrecía una vista panorámica de la ciudad, un mar de luces que se extendía hasta donde alcanzaba la vista.  Para Estela, sin embargo, la verdadera magia residía en el cielo, en la inmensidad del universo que parecía reflejar la magnitud de sus sentimientos por Mateo.

El sonido de unos pasos la sacó de sus pensamientos.  Mateo se acercaba, su figura recortada contra el resplandor de las estrellas.  Llevaba en sus manos una manta suave y una cesta de mimbre.  Al verla, sonrió, una sonrisa que iluminó su rostro con una intensidad que rivalizaba con la de las estrellas.

--Lo siento si te hice esperar--, dijo, su voz un susurro apenas audible sobre el susurro del viento.

-No importa-, respondió Estela, su voz llena de emoción.  -- El cielo está precioso --

 

Se sentaron juntos sobre la manta, envueltos en el silencio cómplice de la noche.  Mateo abrió la cesta, revelando una selección de quesos, frutas y vino tinto.  Mientras compartían la cena, hablaron de sus sueños, de sus miedos, de sus esperanzas.  Las palabras fluían con naturalidad, como si el cielo estrellado les prestara su magia para conectar sus almas.

Bajo la inmensidad del cielo, rodeados de la belleza de la noche, sus miradas se encontraron.  En ese instante, el tiempo pareció detenerse.  Solo existían ellos dos, unidos por un sentimiento profundo, una conexión que trascendía las palabras.  Un beso suave, casi imperceptible, selló su promesa de amor eterno, un amor que florecía bajo la noche estrellada, un amor tan inmenso como el universo que los rodeaba.

Los meses siguientes fueron un torbellino de emociones.  Su amor creció, fortalecido por el apoyo de sus familias y amigos.  Reynosa, su ciudad, se convirtió en el escenario de su historia de amor, un romance tejido con la magia de las noches estrelladas y el calor de sus corazones.  Y así, bajo la misma noche estrellada que había presenciado su primer encuentro, Mateo y Estela se juraron amor eterno, prometiendo amarse bajo la luz de las estrellas, para siempre.




Imagen de Google.

viernes, 23 de mayo de 2025

ROMANCE ENTRE CAFÉS Y SUEÑOS.

 




 

Ofelia, una joven arquitecta neoyorquina con un corazón inquieto y una sed insaciable por la aventura, llegó a Medellín buscando inspiración para su próximo proyecto: el diseño de una hacienda cafetera.  El aroma intenso del café recién molido la envolvió desde el instante en que bajó del avión, un aroma que prometía mucho más que una simple bebida.  Medellín, con sus calles vibrantes y su gente cálida, la cautivó de inmediato.  Pero fue en una pequeña finca cafetera en las montañas, rodeada de exuberante vegetación, donde encontró algo más que inspiración:  a Sebastián.

Sebastián, un apuesto caficultor con ojos color café y una sonrisa que podía derretir el hielo más resistente, era el dueño de la hacienda.  Su familia había cultivado café en esas tierras durante generaciones, heredando no solo la tradición, sino también un profundo amor por la tierra y un espíritu indomable.  Ofelia, con su mirada urbana y su pasión por la arquitectura, representaba todo lo que Sebastián no conocía, pero anhelaba descubrir.  Una chispa instantánea, un encuentro fortuito entre dos mundos aparentemente diferentes, pero con un destino común:  Colombia, la tierra de ensueño.

Los días transcurrían entre el aroma embriagador del café, el sonido relajante del agua que corría por los ríos y las conversaciones profundas entre Ofelia y Sebastián.  Él le enseñaba los secretos del cultivo del café, desde la siembra hasta la cosecha, mientras ella le mostraba la belleza de la arquitectura, la armonía entre la naturaleza y las estructuras humanas.  Sus diferencias se convertían en un puente, una conexión que se fortalecía con cada amanecer y cada atardecer.

Ofelia se enamoraba de la belleza natural de Colombia, de sus paisajes exuberantes, de la calidez de su gente y, sobre todo, de Sebastián.  Él, a su vez, se veía cautivado por la inteligencia y la energía de Ofelia, por su visión moderna y su pasión por la vida.  Sus miradas se cruzaban con frecuencia, cargadas de una tensión electrizante que rompía la barrera del silencio.  Las noches estrelladas se convertían en escenarios perfectos para confesiones susurradas al oído, promesas susurradas bajo la luz de la luna.

La pasión entre Ofelia y Sebastián crecía a cada instante, pero la sombra de la distancia se cernía sobre su romance.  Ofelia debía regresar a Nueva York, a su vida, a sus responsabilidades.  La despedida se vislumbraba como un dolor inevitable, un vacío que amenazaba con separarlos.  Sin embargo, su amor era más fuerte que cualquier obstáculo.  Prometieron mantenerse en contacto, alimentar su llama a través de cartas, llamadas y videollamadas, esperando el momento en que pudieran volver a reunirse.

El tiempo transcurría, la distancia ponía a prueba su amor, pero la llama de su pasión seguía viva.  Ofelia, inspirada por su romance con Sebastián, diseñó una hacienda cafetera que combinaba la tradición con la modernidad, la naturaleza con la arquitectura.  Un proyecto que representaba su amor por Colombia y por Sebastián.  Su trabajo fue un éxito rotundo, un testimonio de su talento y una prueba de su perseverancia.

Finalmente, Ofelia regresó a Colombia.  Su reencuentro con Sebastián fue emotivo, un abrazo que selló su amor y su compromiso.  Se casaron en una ceremonia sencilla pero llena de magia, rodeados de la belleza natural de la hacienda cafetera, con el aroma del café como testigo de su unión.  Su historia de amor se convirtió en una leyenda, un romance que trascendió las fronteras, un testimonio de que el amor puede florecer en cualquier lugar, incluso en la tierra de ensueño.

miércoles, 21 de mayo de 2025

COLOMBIA TIERRA DE ENSUEÑO.

 



 

 

En honor a nuestra añorada amiga y gran poeta colombina Raquel Rueda Bohórquez. Abrazo hasta el cielo querida amiga.

Colombia, tierra de ensueño, donde la exuberancia de la selva se funde con el azul intenso del mar Caribe.  Montañas imponentes que se pierden en el cielo, ríos caudalosos que serpentean entre verdes valles, un crisol de culturas que se entrelazan en una danza vibrante de colores y sabores.  Desde las cumbres nevadas de los Andes hasta las playas paradisíacas, Colombia es un sueño despierto, una sinfonía de vida que cautiva los sentidos y enardece el alma.  Tierra de magia, de pasión, de una belleza incomparable.

SOLEDAD.

 









Soledad, vieja amiga, compañera silenciosa de tantas horas, a veces te abrazo con gusto, otras te rechazo con amargura.  Tu presencia, a menudo invisible, se manifiesta en la quietud de una habitación vacía, en el susurro del viento entre las hojas, en la inmensidad del cielo nocturno.  Eres un espacio, un vacío que se llena con la introspección, con la reflexión, con la creación.

En la soledad encuentro la fuerza para enfrentarme a mis miedos, a mis dudas, a mis propias limitaciones.  Es en tu abrazo donde puedo ordenar mis pensamientos, donde puedo escuchar mi propia voz sin la interferencia del ruido externo.  Es en tu compañía donde puedo descubrir la profundidad de mi ser, el misterio que me habita.

No obstante, la soledad también puede ser una prisión, un lugar de aislamiento y desesperación.  En esos momentos, tu abrazo se siente pesado, sofocante.  La quietud se convierte en un eco de la tristeza, la introspección en una espiral de autocrítica.  El vacío se torna abrumador, un vacío que exige ser llenado, no con la reflexión, sino con la compañía, con el contacto humano.

La clave, entonces, reside en el equilibrio.  En el arte de abrazar la soledad cuando nos fortalece, y en la valentía de buscar la compañía cuando nos debilita.  Soledad, vieja amiga, eres un espejo que refleja tanto la belleza como la fragilidad de la existencia.  Aprendo a convivir contigo, a valorarte y a respetarte, sabiendo que eres una parte integral de mi ser, una compañera a la que, a veces, necesito tanto como a la alegría de la compañía humana.

martes, 20 de mayo de 2025

EL CANTOR DE LA POETA.

 






El cantor de la poeta no era un hombre de voz imponente ni de gestos grandilocuentes.  Su canto era un susurro, una corriente subterránea que brotaba de la tierra misma, llevando consigo el aroma de la tinta fresca y el eco de los versos no escritos.

 No se paraba en escenarios iluminados, sino en rincones silenciosos, donde la luz se filtraba a través de hojas de árboles antiguos.  Su público no eran multitudes rugientes, sino las sombras de la noche, los susurros del viento entre las ramas, la paciente quietud de las piedras.

Su instrumento no era una lira reluciente, sino la propia voz, modulando las inflexiones y los silencios con una precisión milimétrica.  Cantaba los poemas de la poeta, no como una simple interpretación, sino como una transmutación.

Cada palabra, cada pausa, cada inflexión, era una pincelada que añadía nuevos matices a la obra original, revelando capas ocultas de significado.

Su voz era el puente entre la página impresa y el alma del oyente, transportando al receptor a un universo de emociones vívidas y paisajes oníricos, donde la realidad y la ficción se confundían en un abrazo embriagador.

El cantor era la encarnación misma de la poesía, un eco silencioso que resonaba en el corazón de la noche, perpetuando la obra de la poeta para la eternidad.

 

 

Autora : Ma. Gloria Carreón Zapata.

@Copyrigth.

Imagen de Google.

MADRID.

 





El Barrio de las Letras, con sus calles estrechas y empedradas, respira historia en cada rincón.  Más allá de los nombres ilustres que dan título a sus vías, Cervantes, Lope de Vega, Quevedo, etc, existe un amor silencioso, casi imperceptible, que se filtra entre las piedras y se respira en el aire. No es un amor romántico, apasionado, el que se grita a los cuatro vientos. Es un amor más profundo, más arraigado, el que nace de la convivencia, de la tradición, de la memoria colectiva.

Es el amor por la literatura, por la cultura, que se palpa en las librerías antiguas, en la quietud de las bibliotecas, en el murmullo de las conversaciones en las terrazas de los cafés. Es el amor por el pasado, que se refleja en la arquitectura, en los patios escondidos, en las placas conmemorativas que recuerdan a los gigantes literarios.  Es un amor que se siente en la atmósfera, en la propia esencia del barrio, un amor que se saborea en cada paso, en cada descubrimiento.

Este amor no es efímero, es perdurable, una herencia que se transmite de generación en generación.  Es el amor que une a los vecinos, a los libreros, a los turistas, a todos aquellos que se sienten atraídos por la magia de este lugar.  Un amor silencioso, pero profundamente arraigado en el corazón del Barrio de las Letras, un amor que perdura a través del tiempo, un amor por la vida, por la cultura, por la historia, un amor que se respira en Madrid.

Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.

(copyright)

Imagen de Google.

AMOR ETERNO

 







El viento susurraba su nombre entre las hojas secas de otoño, un nombre que aún resonaba en el silencio de mi alma.  No era un susurro fúnebre, ni un lamento desgarrador, sino una suave melodía que me recordaba que nuestro amor trascendía las barreras de la vida y la muerte.

 Aunque su cuerpo yace bajo la fría tierra, su esencia se funde con el aire que respiro, con la luz del sol que acaricia mi rostro, con el canto de los pájaros que alegran el amanecer.  Su recuerdo no es una herida abierta que sangra con cada latido, sino una cicatriz luminosa, una marca indeleble en mi ser.

No es la ausencia lo que siento, sino una presencia sutil, constante, que se manifiesta en cada rayo de luna, en cada estrella fugaz, en cada aroma que despierta en mi memoria un instante compartido, una caricia, una mirada, una palabra.  El amor no termina en la tumba; trasciende la carne mortal y se transforma en algo etéreo, inmortal, eterno.

 Aunque nuestro cuerpo ya no se une físicamente, nuestros espíritus bailan en un espacio intemporal, donde el amor florece aún más allá de la muerte.  Y sé, con una certeza profunda, que aunque las estaciones cambien y la vida continúe su curso, nuestro amor, como una estrella fugaz, dejará una huella brillante y perdurable en la inmensidad del universo.




Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.

(Copyright)

Imagen del la web.

LA MISIÓN DEL POETA.

 



 

La misión del poeta trasciende la simple creación de versos rimados. Si bien la belleza estética y la musicalidad del lenguaje son inherentes a su obra, la verdadera misión del poeta radica en la exploración y expresión de la experiencia humana en toda su complejidad. Es un traductor de emociones, un explorador del alma, que busca desentrañar los misterios del ser y compartirlos con el mundo.

A través de la metáfora, la alegoría y la imagen poética, el poeta nos ofrece nuevas perspectivas sobre la realidad, desafiando nuestras percepciones y ampliando nuestra comprensión de nosotros mismos y del universo que nos rodea. Su misión no es solo estética, sino también ética y social. Al dar voz a los silenciados, al denunciar las injusticias y al celebrar la belleza del mundo, el poeta contribuye a la construcción de una sociedad más justa y consciente.

En definitiva, la misión del poeta es la búsqueda incesante de la verdad y la belleza, expresadas a través de un lenguaje que conmueve, inspira y transforma. Es un acto de valentía, de vulnerabilidad y de profunda conexión con la condición humana. Su legado no se limita a las páginas de sus libros, sino que se extiende a las mentes y corazones de quienes se dejan conmover por su arte.

 

Autora : Ma Gloria Carreón Zapata

(Copyright)

EL OLVIDO, TU OLVIDO.

    Acíbar amargo es el olvido, un trago que quema la garganta,   un vacío que se expande en el pecho.   El sabor de la ausencia...