Sé que tus ojos se han posado en los míos,
¡impío!
sabes perfectamente que ni el alma me pertenece,
¡necio!
sé que quererte es pecado,
¡sacrilegio!
aunque la vida te muestre lo contrario.
Tus besos son profanos y provocan,
al alma a pecar desde tu intrépida boca
es este corazón indomable que se estremece al verte,
pero mi alma, no sabe reconocer que ya te ama.
Entre las aguas turbulentas del deseo
fluye el ansia loca por quererte,
cuando se posa la dulzura total de tu boca
sobre mi cuerpo que a diario te provoca.
¡Terco!
has corrompido mis pensamientos
cuando te nombro inconscientemente
en mis frías madrugadas,
y en espera de tu voz
que me es prohibida
el alma inerte te pronuncia día con día.
Autora: Ma Gloria Carreón Zapata.
Imagen tomada de Google.
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