Me enamoré del color de tus bellos ojos
de tu bendito amén varonil y angelical
de tus movimientos aquellos que me hacían soñar
de esa tu boca donde bebí tantas veces, bendito hontanar.
Amé tu forma sencilla de decir y de amar
cuando al contemplarme enamorado me hacías temblar
y al susurrar mi nombre de una manera sensual
de todas esas cosas me enamoré y nunca te olvidé.
Hoy ha cambiado todo hasta mi forma de mirar
los sueños se evaporaron como la vida misma
ahora sólo queda el recuerdo de aquel gran amor
que guardo celosamente en un rincón del alma.
Sueños que se fueron y nunca más volverán
porque tú te llevaste mi último aliento y hasta mi contento
todo en juramento quedó, vacuo intento
de ningún modo las puertas al amor se abrirán.
Imagen tomada de Google.
Imagen tomada de Google.
No hay comentarios:
Publicar un comentario