El silencio de la densa bruma
trae a mi mente el bello recuerdo
de aquel atardecer silencioso lerdo
y hoy al pensamiento perfuma.
El viento despeinaba mi melena
bailoteando de alegría se encontraba
el sombrero de la luna se colgaba
sus sueños navegaban en carena.
Y en la arena su huella yo seguía
presurosas las olas me atrapaban
de brisa mi pálido rostro bañaban
entonces me estrechó la melancolía.
Aludiendo mis paseos de su mano
perdida en su amorosa y tierna mirada
sintiéndome por él dulcemente amada
la víspera de nuestro lucido verano.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
Imagen tomada de Google.
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