Tengo en mi mente guardado
el recuerdo de mi infancia
y el tiempo hace resonancia
fue en un jardín encantado.
Verdinegro salpicado
donde crecí con los primos
qué mucho nos divertimos
el suelo no era asfaltado.
De verde estaba alfombrado
muchas utopías tejimos.
Los valores conocimos
el respeto a los mayores
de honestidad asesores
la gratitud bendecimos.
El compromiso asumimos
niños sanos y sensibles
humildes, muy apacibles
de vagos nunca anduvimos.
Con prudencia nos regimos
de padres incorruptibles.
¡Fuimos chicos increíbles!
bajo sombras de nogales
nuestras almas virginales
sueños hicieron posibles.
Hadas se hicieron visibles
y el mago de la inocencia
aplaudió la convivencia
por ser niños compatibles
Con los padres comprensibles
a vida hoy nos reverencia.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
Imagen tomada de Google
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