Anduvimos por esa vereda
ilusionados y enamorados
de nuestras manos muy sujetados
nos besamos bajo la arboleda.
Libaste de mis labios de seda
de mi boca las dulzonas mieles
se abrieron del cielo los dinteles
hoy en mi mente el recuerdo queda.
Juraste amarme toda la vida
prometí volver algún día mi amor
y si mi Dios me concede el favor
viviré por siempre a tu lado asida.
Volveré a tus brazos cariño mío
y todo será como aquél ayer
veremos nuestro vergel florecer
estar contigo es lo que más ansío.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
Fotografía: San Adrián Navarra, España.
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