Caminando por la vida angosta,
uno de sueño otro de olvido
dos caminos escabrosos la vida me presentaba,
loca y confundida la muerte deseaba.
Olvidar que mi sueños eran de papel,
eran cartas olvidadas y nunca leídas,
eran letras como hojas secas echadas al viento,
sin ningún destino.
No dejaba de soñar, sabía
que en algún lugar del mundo se encontraba
aquel amor soñado e imaginado cada noche,
y así pasó mi vida y mi tierna primavera.
Un día en el otoño aparecía un sueño, divino sueño,
ofreciéndome esperanzas en la vida
un mundo de letras, me ofrecía
y aún confundída sin saber el por que.
Poeta tenía que ser
y un mundo de letras
y un mundo de sueños
la vida me entregaba.
Todo tiene recompenza en la vida,
decía mi madre, cuando le preguntaba
el por que de mi destino,
y yo seguí caminando con la esperanza
puesta en la ilusión de algún día.
Y han pasado treinta otoños y treinta primaveras,
ya en el ocaso de mi triste vida, aparece al fín,
¿que le ofresco, que le entrego en el ocaso?
solo un corazón quebrantado en el dolor,
y un sueño que renace de esta vida loca.
Estoy aqui me dijo,
he venido a cumplir un sueño ya perdído
soy el amor que en letras de un poema te ha esperado
y es la razón del por que poeta tenías que ser.
Autoria: Ma Gloria Carreon Zapata
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