Se detuvo el tiempo en mi rostro,
tejiendo remembranzas
de aquellas noches vacías
que galopaban sobre las tinieblas
esperando el momento en que tú,
voltearas y te dieras cuenta
de lo mucho que te necesitaba.
Más sin embargo
seguías empeñado
en reformar el mundo
sacrificando nuestros sueños,
nuestro amor
que no supe en que momento
huyó de nuestro lado.
Haciendo caso omiso
cabalgaste por otra senda
deteniéndote a contemplar otros jardines
que quizá reverdecieron en tu savia
mientras aquel jardín que
por algún tiempo dejaste de regar
se marchitaba poco a poco
y el polen de sus flores
quedó esparcido logrando germinar
por otros suelos.
Hoy han nacido nuevos brotes,
nuevas rosas
más aquella que cultivaste,
}la que tanto amaste,
se ha secado
y sus pétalos han formado
un grueso separador de aquel
mi nuevo poemario.
Aurora: Ma Gloria Carreón Zapata.
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