Ráfaga brillante de luz piel de bronce,
aurora de nobles despertares
boca ardiente de color rojo de fuego
en tu vientre reposas la semilla,
atlante cimiento de mi casta
que lloras la sangre derramada.
Como el rocío de la mañana
crinada cabellera, rostro adusto,
elevas a lo alto tus plegarias
bendiciendo tu linaje,
tú, quien conduce nuestro sagrado carruaje
como corcel cabalgas
fiel en las nubes de la historia.
En tu aula de princesa soberana
guardas los rayos de nuestro sol saliente,
tú que callas los vientos
y tranquilizas el sollozo de los ríos
cuando amenaza ruina
en lo mas ardiente de sus días.
Deidad candorosa,
una castálida más de los poetas
con celsitud mi pueblo te recuerda
Dea, di adema de mi indómito pueblo mexicano.
Autora: Ma Gloria Carreòn Zapata.
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