(Décimas endecasílabas)
Dedicada a Pedro Alvarado
de su amigo Ricardo Urbina.
Silbaban los caminos jubilosos
el viento no dejaba de danzar
y tu apelativo de pronunciar,
las aves cantarinas orgullosas
ataviadas con pétalos de rosas
presagiaban tu arribo en la alborada,
y yo disfrutaba la feliz velada
presagiaba que pronto volverías.
Y tus cuitas alegres contarías
contemplando el azul de la ensenada.
Contemplando el azul de la ensenada
la ilusión asomaba complacida
aunque auguraba larga despedida
tu vida por el sino señalada
y por el Supremo, bien arropada.
seguro estaba que ibas a venir
habías logrado sobrevivir
amigo, compañero de la infancia
ambos superamos la cruel distancia
nuestra historia, volvemos a escribir.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
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