La noche era perfecta en todos sus elementos,
caminábamos los dos tomados de la mano
sintiendo la tibieza de nuestras pieles,
sensación que invitaba a ir más allá de la cordura,
mientras el fresco viento acariciaba nuestros rostros,
y el verde desprendía los aromas exóticos de primavera
cubriéndonos, tatuando nuestros cuerpos,
sembradíos de sueños, pasión que quema,
bajo la sosegada luna del mes de agosto
en que brotaron del alma como manantiales de agua pura
los más bellos y sublimes sentimientos.
Esperanzas florecidas, bajo el novilunio de agosto,
en que nuestras almas cantaban melodiosas
dando gracias al Eterno, por nuestro amor tan grande.
entre sus abrazos y besos tuvo comienzo
el génesis de mi locura,
me sentí segura al tomarme entre sus brazos
esa noche mientras él me acariciaba toda,
me hizo suya desde su primera mirada
libando las mieles de mi boca.
¿A qué temer?,
ni siquiera en ese momento pensé en la muerte,
absorta yo me dejaba amar por él
loca estaba por sus brazos, hechizada,
cuando un tumulto de grandes sensaciones
invadía mi alma
mientras agosto mes de luna llena,
su luz derramaba sobre dos locos enamorados
y la pradera nos regalaba los aromas
frescos de primavera
fui feliz, soy feliz al recordar ahora mi quimera
porque esa mirada de soslayo
la llevo grabada en mi memoria.
Se hizo de pronto un silencio sepulcral,
y al momento sobre la sábana verde nos envolvió
un gran sopor dando paso a los deseos encarnados
de un amor aún no consumado,
penetrándome su sed insatisfecha
arando la llanura sembró la esperanza
feliz de la cosecha llenando el gran vacío
como el campesino siembra cada año su parcela
sin dar a basto el hambre insatisfecha,
pues aún no se cumple aquella brecha de tierra y libertad.
Como el viento prende nuevamente el fuego apagado
cuando de la pequeña braza promete una gran lumbrera,
mientras yo, seguía soñando con un ramo de lirios en mi mano,
amándole a él, deseándole a él mi amado amante mi compañero,
un sueño errante que de pronto al suspirar
incitándome a pecar dispuesta a todo le entregué la vida
y él la sonrisa franca de un feliz mañana
novilunio de agosto de luz inagotable.
Cuando al mediodía el astro rey lanzó lengüetas de fuego
envidiando nuestro gran amor,
augurando un mejor mañana a su lado
y la luna coronaba el amor tan grande
que ese agosto nos juramos
agosto de luz de luna llena en que "El Caudillo Del Sur"
arribó una madrugada para beneficio de la historia
dando fuerza y valor al campesino su llegada
y fue cuando la tierra mexicana se engalanó de gloria.
Autoría: Ma Gloria Carreón Zapata.
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