Atrapo la nostalgia del ayer,
que se oculta insatisfecha aquí dentro del pecho
presintiendo el frío del amanecer
cual gorrión que se debate sobre su lecho.
Melancolías que se fueron derrapando penas,
ayeres solitarios que ahora están presentes
polizontes de robadas vivencias,
tristezas disfrazadas de requiebros.
Allá donde se mece el vendaval, y la vida cesa,
cuando el silencio se esconde acongojado
rogándole a la vida, por otra oportunidad,
ansiedad que peregrina en mis pensamientos.
Miserable es el olvido que consume el llanto,
traidor el corazón donde vaga solitaria la amargura,
silenciosa el alma que se refugia en el silente camposanto,
donde descansa ya, humilde el intelecto.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
Imagen tomada de Google.
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