Y me llamaba loca
sólo porque estaba enamorada,
paseaba sobre nubes de algodón
me bebía la esencia de las flores
hablaba con los ríos, con las aves, las rosas
con la brisa de la mañana,
mis sueños tejía de noche
también de madrugada
jugando con las estrellas
los sembraba en el jardín
de mi alma ilusionada.
Y me llamaba loca
porque a él no lo amaba,
amaba al poeta
ese que teje versos,
los tira al viento, y llora
cuando ve al niño que gime
ante el infortunio,
mi amor era del bardo
que también me adoraba
un loco apasionado
que besos me enviaba con los pájaros,
con el viento y con la misma alborada.
Dos locos poetas que hablaban
de lo mucho que se amaban
corrían tras el viento cantándole al amor
disfrutando del gorjeo de las aves
se recostaban sobre la sábula mojada
bebiéndose el mar con la mirada,
viendo pasar el tiempo
que se tomaban también a bocanadas.
Y me llamaba loca
porque escribía versos de amor
le dedicaba al juglar
mis más puros sentimientos
una loca enamorada del amor
de la vida y del mismo Dios
quién me otorgó el favor
de poder transcribir mis sentimientos,
cantándole al amor y también al desamor,
bendita sea la locura.
Y me llamaba loca porque pisaba descalza la vida,
superando obstáculos.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata
Imagen tomada de Google.
No hay comentarios:
Publicar un comentario