Anoche te hice mio sin que te dieras cuenta
testigo fue el sonido y el eco de la ausencia
estábamos dormidos y nos sentíamos arrejuntados
mi alma adyacente te estrechaba.
Nos hallábamos distantes y nos amábamos
fue cuando penetré hasta lo hondo de tu conciencia.
y a mi manera te acaricié sin que tú lo supieras,
si amor, y con elegancia succioné tu alma.
Arrojé la veste de mi álgida rigídez al imperio de los aires
quien la envolvió en su vuelo y la arrojó lejos para siempre
anoche amor, disfruté como nunca de nuestra demencia
y le dije adiós para siempre a la maldita discrepancia.
Y como el ave fénix renací entre tus brazos
y en un celaje se encontraron nuestros cuerpos
le atribuí a la luna el pródigio de nuestra aventura
y en palabras de amor y promesas
Hicimos de nuestro amor un nuevo himno de gloria.
¡Mío! murmuró la noche
y de sueños placenteros se dibujó el horizonte
mío, y hubo nuevas melodías de dulces sinfonías
y el canto de las aves se unió a la pasión y al optimismo
y volvieron del amor nuevo sueños con sabor a primavera.
Autora: Ma Gloria Carreón Zapata
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