Queridos reyes magos
que guiados por un lucero
llegaron hasta donde nació el salvador
obsequiandole mirra, incienso y oro.
Hoy les vengo a pedír
en nombre del Rey de reyes
un mundo de felicídad,
un mundo donde los niños,
jueguen con el lechón,
y también con el león.
Un mundo donde los hombres
no se contaminen con la ambición,
donde los animales del campo
vuelvan a tener su hogar.
También les vengo a pedír
por mis hermanos indigenas
pués ellos no tienen culpa
de ser hombres honestos,
Y la honestidad ahora
es un delito muy grave
que se paga con la vida,
ellos son hombres de lucha
que lo unico que exigen es un lugar
en nuestra sociedad.
Y si no es mucho pedír
devuelvanle la sonrisa al niño,
y denle un mundo de luz,
y para todos mis hermanos poetas
un mundo de paz, amor y felicidad.
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