Te sembraste de inmediato
en el jardìn de mi alma,
así como se siembran
las estrellas en el cielo.
Así como se siembran
las espigas en el suelo,
asì como se escriben
las letras de un poema.
Te sembraste en mi alma
te sembraste para siempre,
renaciendo en mi corazòn
cada mañana.
Ahora donde brotaba llanto
brota un sinfìn de rosas,
donde brotàba el desconsuelo
anida la esperanza.
Te sembraste una mañana en el otoño,
en este jardìn del alma mìa,
y seguìmos soñando, regando nuestras flores,
lo regamos con la ilusiòn
de que siga renaciendo en todos los otoños.
Autoría: Ma Gloria Carreón Zapata.
Autoría: Ma Gloria Carreón Zapata.
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