Paseando pensaba un día
en esos ojos hermosos
intuí que los quería
porque eran tan amorosos
verlos, se me hizo manía
Calle mi amor muchos años
sin saber que era mi sino
amar sus ojos
castaños
y brindarles mi cariño
¡qué luceros tan extraños!
La luna se hizo mi aliada
brindándome su destello
con la esperanza pintada
la ilusión atada al cuello
y de él muy enamorada.
En una noche estrellada
él me confesó su amor
hogaño amartelada
a este amor brindo loor
así a su dulce mirada.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
Enciso la Rioja, España.
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