Nuestros besos quedaron bien grabados
en versos que un día nos dedicamos
cuando al cerúleo amarnos juramos
dulces ósculos para mí sagrados.
Amargo el adiós de despedida
que provoca a mi mente el desconsuelo
destrozó de mi vida todo anhelo
ahora el dolor en mi pecho anida.
Más no te culpo a ti de esta locura
culpables fuimos ambos por creernos
los versos que
escribimos al leernos.
Dejaron en el alma honda fisura
después de tener la dicha segura
planas de olvido llevan los cuadernos.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
Imagen tomada de Google.
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