Alabaré a Jehová por su hermosura
en sus bondades me deleito cada día
maravilloso su poder por mi cavila
bendito sea Admirable Consejero.
Que como estrella resplandeciente
ilumina mi camino todos los días,
grande es su poder Santo Omnipotente,
hoy me gozo silente ante su presencia.
De rodillas imploro su perdón,
me pendo su escudo del amor
atado al cuello, y mi alma resplandece
como el sol.
Es usted mi refugio ante las tempestades,
en quien se regodea mi humilde alma
a quien a diario por su ayuda clama
y se aferra de su mano, bendito Nazareno.
Autora: Ma Gloria Carreón Zapata
Imagen tomada de Google.
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