Fue una noche de placer y encantos
cuando en tus brazos soñé dichosa
realidades de mutua entrega amorosa
ofrenda que con ilusión amamantamos.
El murmullo del silencio abrazaba
al presuroso viento que paseaba errante
disfrutando igual de nuestro instante
bajo la luna llena que fiel titilaba.
Fue cuando unimos nuestra fiel esencia
fusionando nuestros ávidos cuerpos,
fueron muchos tibios amaneceres
exquisitas y dulzonas mieles, ¡que suculencia!
Noche de nuestros quereres rojos
auroras de albos y mágicos ensueños
edén del que aún somos dueños
donde cumplimos nuestros antojos.
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