Aligera los pasos
ven, ven, hagamos el amor,
despójate de tus deseos
depositan dolos en mi aún
fragante cuerpo.
Tiéndete sobre mi talle
peina mis más sublimes sueños
condenados a morir de incertidumbre
resbalando sobre el acantilado
del más terrible desconsuelo.
Hoy el viento me sabe a ti,
la noche marrullera esta despierta
esperando posar su desiderativa boca
en la explanada de tu vientre provocativo.
Amado dueño mío
hoy he podido descifrar tu vuelo
en el lenguaje del extravío
en lo que mi mente
ha quedado fertilizada de tanta espera,
corre ven,
que la noche marrullera tiene alas.
Autora: Ma Gloria Carreón Zapata.
Imagen tomada de Google.
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