¡Como se arranca el hierro de una herida
su amor de las entrañas me arranqué,
aunque sentí al hacerlo que la vida me arrancaba con él!
(Gustavo Adolfo Bécquer)
DESOLACIÓN
Consumación de promesas
que culminaron con la víspera
historias consumidas
que envejecieron los deseos
y un sueño retenido que
se conformó con sentirse amado
simplemente fue
una maravilla sin sentido.
Las horas perdidas
de tardes insinuantes
que susurraron te quieros
a través de la estación
periodo que fue consumido
por nuestro egoísmo
más fuerte quizá
que nuestro gran amor.
Y ahora aquí...
susurrando en los dobleces
de este miserable destino
que me tiene encadenada
a un recuerdo y un pasado
que fue tal vez alucinación
de un dulce torbellino
que al final se escabulló
dejando mi alma en la más
completa desolación.
Y ahora llora la aurora
viendo caer el rocío
en mi autumnal
y compungido rostro
apócrifo amor
que juraste amarme
para toda la vida,
augurando para mi felicidad
mientras a mis espaldas me enterrabas
el fresno de la traición
destrozando mis entrañas
llevándote mi férvido corazón.
Autoría: Ma Gloria Carreón Zapata.
Imagen tomada de Google.
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