La tarde peinaba retraída
su sedosa cabellera plateada
y el Campo de Neptuno
a lo lejos le contemplaba embelesado,
más ella buceando en sus pensamientos
no se daba cuenta
de lo mucho que el mar la estimaba.
Naufragaba en sus penas de amor
poco a poco iba tejiendo sus quimeras
el océano argentado vigilante
y bullicioso su resplandor le dedicaba.
En melodiosas partituras en su oleaje,
le cantaba sus amores.
La densa noche la abrazó en su seno
e inmanente en su generosidad
en gotas menudas de rocío su sombra acariciaba,
ahogando su triste llanto al ver que la vida pasaba
y darse cuenta como la tarde envejecía a deshora.
Tomó el caracol más grande de sus profundidades
y en el transcribió un poema de amor
la cubrió de albor
le hablaba de su beso callado
de ese su amor secreto que lo asfixiaba
de la luz que naufraga por los sueños dormidos
y el renacer del amor escondido
la tarde se convirtió en nube blanca y ligera,
y se echó a sus profundidades
la luna y el cerúleo aleluyados
contemplaron satisfechos su obra.
Autora: Ma Gloria Carreón Zapata
Imagen tomada de Google.
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