Mañana cuando la floresta pierda sus aromas
y la vidriera deje de brillar,
mi espíritu navegará por la atmósfera inquieto
por no lograr alcanzar la meta.
Y cuando la luz del alba oscurezca los ocasos,
entonces amor, un nombre yo, volveré a mencionar,
quizá le diga al espejo que nuevamente me he vuelto a enamorar,
o tal vez nunca más, pero prohibir que retoñen las flores
eso, no lo podré evitar.
Quizá nos dijimos adiós bajo la luna menguante,
que en su destello se llevaba la fragancia de las flores,
y las depositó en la guardería de los amores.
En lo que tú y yo nos perdimos
para siempre en la plantación de nuestros sueños,
para nunca más encontrarnos.
Más no se ha perdido todo amor
logramos rescatar nuestra comedia
guardada en aquél viejo poemario
donde diseco los sueños y la ilusión de lo que pudo ser
y no pasó de ser ilusión de nuestro último ocaso.
Autora: Ma Gloria Carreón Zapata.
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