junio de 2011 a las 2:24
Cuando el manto celeste descarga cada mañana
su luminosa luz sobre el dintel de mi ventana
vaho y formas de diversas figuras destellan en mi alma
y a mi mente sólo acude tu imagen adorada.
Presente está el alba regalándome vida
y un sueño de amor clavado en mi ser camina mi cuerpo
divina quietud que tus ojos claros despierta
dando paso al magnánimo remanso de tenerte a mi lado.
Y de pronto apareces regalándome el ósculo
depositándolo sobre mi tibia mejilla en flor
más mío te siento cuando veo crecer nuestro amor
con mayor furor que el de Romeo y Julieta
que crece y se enreda en mi alma de niña.
Cuando aquella noche de verano me regalaste las estrellas
poniendo sobre mi mano el manto de la alegría
la luna pusiste a mis pies y yo me sentí su dueña
rendida caí ese día de pronto amando nuestro aposento.
Sentirse amada es la mejor dicha
vive el hombre vacío deambulando solo... qué pobre
con la frustración pintada en su rostro y su bolsillo lleno
¿qué valor tiene la vida si se vive sin amor?
Mejor es vivir una luna feliz...
que mil en soledad sin tener la fortuna de sentirse amada
¡vida yo quiero una luna pero la quiero a tu lado!
no sola ni triste arrastrando mil penas en parvada.
Y si ahora tengo la dicha de sentirme apreciada
si me llegaras a faltar amor...
prefiero morir mil veces mejor que vivir veinte mil lunas
frías y en tinieblas como ninguna...
y que Jehová me deposite en su vergel edénico.
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