Llegaste tú como galerna fresca bañada de roció
embriagando al corazón y lo prendiste junto al tuyo
haciendo nudo mi mascada y ya no la soltaste,
hiciste a un lado mis gafas
para contemplar la tristeza de mis ojos
que ilusionados desprendían
un brillo celestial al solo mirarte,
cuando nuevamente el alma emocionada
danzaba una melodía jamás escuchada
estrellas titilaban enamoradas
colgando nuevamente
la esperanza en mis labios.
Llegaste tú, cual sueño errante
compañero fiel con alma de poeta,
surcando abismos de hielo
y mil caminos polvorientos
al llegar me tomaste de la mano
atando mis versos y una prosa
sobre tus labios grabaste tu nombre,
¿quien eres te pregunté?
soy el poeta que cabalgando en la distancia
me eché en tu búsqueda.
Te he buscado muchas lunas,
viajando de norte a sur,
aquella gitana que un día leyó tu suerte
se apiadó de mi cuando me avizoró
cabalgando cabizbajo
con la decepción grabada en mi rostro
Me preguntó si era yo
aquel caballero perdido en la distancia,
al fin estamos frente a frente los dos, me dijo...
en ese momento sentí un frío
recorrer mi cuerpo por completo
--¿entonces quien era aquel
que hace ya lunas usurpó tu lugar?--
Le pregunté meditando sobre un día
en que la suerte se aferró a mi
confiándome sobre el amor
del extranjero que un día creí amar,
--amar y querer no es lo mismo--, me dijo.
Yo soy aquel caballero que colgó en su cuello
versos para salir a buscarte,
un día que sumido en la tristeza
leí tus letras cuando de pronto
el corazón gritó.
¡Es ella! al momento supe que eras
la dama dormida sobre nubes esperándome
pacientemente y yo siguiendo señales de los dioses
galopé en contra del tiempo y la distancia.
Cuando a punto estuve de desfallecer
surgió en mi la esperanza
de que no fueras un sueño
que la vida se apiadara.
Y yo, traidora, en ese momento
una lágrima me traicionó
el corazón de gozo al mismo tiempo
comenzó a saltar de la emoción,
ha llegado el amor gritó, ha llegado el amor
cabalgando a la distancia.
Aquél a quien le guardaste
un beso en un suspiro ha llegado al fin,
me subió a su cuaco y junto a él
cabalgué con la ilusión de alcanzar el amor,
hasta perdernos allá aun más allá del sol.
Hasta donde se guardan los sueños,
aún más allá del firmamento
camino a la felicidad.
Autoría: Ma Gloria Carreón Zapata
Imagen tomada de Google.
Dedicado al poeta que cabalgó en la distancia.
Que versos tan hermosos. Saludos. Jorge.
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