Esta noche el llanto
se engalana de luto
danzando alegremente
sobre mi soledad,
pero un viejo amigo a llegado
a hacerme compañía
era una sapo que al son de la tristeza
me cantaba al oído
glo, glo glo.
Susurrándome al oído
niña de tu boca
salen palabras mágicas
por que hay alguien
que te lee aún de madrugada
Mi boca expulsó
solamente palabras de dolor
puede ser amigo, puede ser.
porque hoy me he vestido
de melancolía.
Y me he refugiado
en el rincón de mis quebrantos
experimentando el suspiro de la espera.
Pudo ser primavera
adormecida en mis adentros
cuando jugueteaba alegre
sobre los verdes prados
Y bajo un gran cielo
alcancé a ver reflejada su mirada,
pudo ser amor en luna llena
cuando su fulgor contemplé
en el horizonte
Pudo haber vestido
de tul mi triste invierno
pero no llegó y yo aquí
aun contemplando la espera.
Pudo ser el viento
cómplice mi compañero
ser el hado de mis sueños,
pero ha sido mi locura
que ha vestido de esperanza
mi triste y fría fantasía.
Que envidia le tuve a dos gorriones
que en ese momento se besaban
parados sobre la rama seca de un árbol
¿Cómo es que esas dos aves
que teniendo casi nada
tenían la felicidad comprada?
Mi amigo al contemplar el llanto
que mis ojos derramaban
me dio un beso en la mejilla
y al momento me dijo..
No llores niña, mira que la primavera
también viste de rosas rojas
el crudo invierno.
Entonces comprendí que el mundo
no es más que un lugar vació
como una hoja de papel,
que puede serlo todo
o serlo nada también.
Autoría: Ma Gloria Carreón Zapata
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