Lunes, 18 de julio de 2011 a las 1:44
Una tarde en que el viento
asomaba entre verdes follajes
acariciando las espigas
y la tarde tocaba celosamente el firmamento
viajaba un par de enamorados
en víspera de alcanzar su más anhelado sueño
en esa hora la felicidad tatuada llevaba
sus juveniles rostros
sin darse cuenta cómo el destino
a veces cruelmente te señala
moviendo a su antojo
las cuerdas de la vida.
En un beso eterno se entregaban
cuando al momento sintieron
el impacto, otro auto de frente les golpeaba
y por un instante no se escuchaba nada.
El silencio abrazó la tarde
y unos gritos de dolor
en el eco se perdieron...
Sueños y vidas truncadas
cuando una noche
antes su boda celebraron
soñaban con un par de niños
que la vida les iluminara
y una existencia desahogada
pero ya el destino había dictado
su cruel sentencia
por un minuto de descuido.
Sueños e ilusiones se rompían
en un instante en que el deseo
de un beso les llamaba.
Con un beso eterno
sellaron su amor
para siempre
así volaron
cual palomas inocentes
a un mundo adonde
no existe sufrimiento
ni el famélico infante
mendiga un pedazo de pan.
Destino cruel
que arrebatas
sueños de dicha
cual viento
destruyendo las espigas.
No hay denario
que pueda comprar
ni felicidad por siempre
plenamente asegurada.
Fue un instante y sin pensarlo
el cruel destino
les arrebató la dicha
sin darse cuenta.
Entre sus labios
la muerte aprisionaron
sólo fue el instante
de un beso apasionado
...y después... nada.
" Un llamado de conciencia, solo hace falta un minuto
para cerrar el libro de la vida"...
Imagen tomada de Google.
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