Le llamaré esperanza…
que fluyó sobre mi lecho desnudo
de mil y un rascacielos
bajo el crepúsculo del amanecer.
Quise ser noche…
y envolverlo entre mi sabana estrellada
y por siempre se quedara a iluminar mi vida,
soñar que entre su almohada
habitara el gran amor anhelado de mi triste vida.
Quise ser ventarrón…
y envolverlo lentamente en
mi suave remolino
quise y fui murmullo callado
de un silbido melodioso del mismo viento.
Quise ser poeta...
y que fluyera en mi la inspiración
para plasmar en versos mi melancólico sentir.
Despertando en un nuevo amanecer
la ilusión de sentirme amada
cuando en un rincón del limbo me encontraba
envuelta en la desesperanza.
Y ahora por él me he convertido
en una mujer con una rosa
floreciente entre mis manos
dejando entre las nubes mil esencias
y luego comprendí...
que de la nada puede cobrar vida una triste rosa
cuando el silencio musita su nombre entre las espinas.
Autoría: Ma Gloria Carreón Zapata
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