Bienaventurada sea la poesía
que nos permite desarrollar la fantasía,
escalar las nubes y pedalear los sueños
cubrir el alma de visiones nuevas.
Es mi refugio y mi cobijo cada día,
en ella descansa mi pensamiento
cuando en el amor pienso,
y duerme gozosa el alma mía.
Bienaventurada sea la poesía
que me regala a diario un rayo de luna
para alumbrar el corazón que alegre,
en versos canta su fortuna.
Danzo sobre el viento
cuando los rayos del sol
acarician mi piel,
y henchida de placer
bajo las estrellas al anochecer
enamorada sorbo a sorbo
bebo el bendito amanecer.
"Bienaventurada la poesía si calma la sed del hombre” (Mariette Mounier)
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
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