Te vi como visión en la profundidad del sueño
quise tocarte, palparte con mis manos
decirte muy de cerca qué eres tú mi dueño,
y el deseo se consumió en el alma.
...--Obsequiame tus ojos en ellos quiero verme...--.
Murmuraba atolondrada.
Ven, dame tu boca y quita esta sed amarga
que tu ausencia me provoca,
recorre mis senderos y colmalos de besos
no temas, qué esta noche...
verás danzar las estrellas del inmenso cielo.
Cruzaremos el umbral de la eterna oscuridad
seremos tal vez más de lo que ahora somos
hagámonos uno solo y logremos traspasar
el muro de la felicidad.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
Imagen tomada de Google.
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