jueves, 29 de diciembre de 2022

PARA ESTE AÑO NUEVO

 



 

Para este año nuevo sueño

que el gran Dios del Universo

bendiga al mundo perverso

y cumpla mi gran ensueño.

Él, que de todo es el dueño

brinde la paz anhelada

que lleva falsa fachada

sé que es un sueño sureño.

En mi mente lo diseño

imagino su llegada.

 

Ya lo dijo un gran poeta

Don Calderón de la Barca

la frase lleva su marca

quien toca a diario mi grieta.

En su gran obra completa

que es un contexto barroco

por eso la frase evoco

y la anoto en mi libreta.

Pa' que la lea el profeta

y a reflexionar provoco.



Soñando siempre soñaba

que todo fuera perfecto

más del mundo fue el defecto

él la codicia abrazaba.

A su hermano asesinaba

jamás hizo lo correcto

como un diminuto insecto

al Dios, del cielo culpaba.

Así mismo se engañaba

errado fue su trayecto.

 

 

Por eso en este año nuevo

que Dios guíe nuestros pasos

he ilumine los ocasos

y mi petición renuevo.

En una oración elevo

Perdone nuestros pecados

usted es el Dios, dador

de la vida del amor.

Por usted somos amados

amado fiel Salvador.

 

martes, 20 de diciembre de 2022

MARIONETA

 

(Octava Real)



En demasía te amé, no cabe duda

 de nobleza de fanática ternura

disfrazaste tu alma pérfida criatura

al descender a tu urdimbre pobre incauta.

No pudiste dominar la tentación

más el trato que me diste me hizo gracia

al fin pude destapar tu gran falacia

al develar tu ruin réproba conducta.

 

Descubrí que fui escalón de tu ambición

anhelando ser un sapiente señor

porque de lirico fuiste un impostor

no supiste manejar bien la cuestión.

Y rimaste al revés la palabra amor

delicada expresión tan solo mía

dócil instrumento de tu osadía

marioneta fui de tu loca pasión.


 

Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.

Imagen tomada de Google.

 

 

lunes, 12 de diciembre de 2022

BIENAVENTURADA NOCHE BUENA.


 (En Rima Gonzalina)



Se acerca la bendita noche buena

y con ella recuerdos del pasado

cuando todas las sillas ocupadas

gala hacían de la festividad,

reunida estaba toda la familia,

rebosante alegría

uno más no cabía.

Todos en larga amorosa vigilia

gozábamos la ansiada navidad,

recuerdos añoranzas hoy ancladas

hacen mención de mi padre adorado

regresando de su larga faena.

 

A disfrutar de la sagrada cena

en honor al amado Salvador

quien dio fe de un gran reino celestial.

De nuevo traerá paz a la Tierra

ha venido, vino, regresará,

a bendecir el trigo

estando ya reunidos.

Sillas vacías nunca más habrá

será el fin de toda codicia y guerra

y de la discriminación racial:

¡Bienaventurado gran protector!

Santo, santo quien la maldad condena.

 

Por eso en esta fantástica fecha

salud, paz, amor en gran abundancia

que el gran Dios, Padre de todas las ciencias

por siempre renazca en sus corazones

bendecidos toda una eternidad.

riqueza haya en sus mesas

y estemos bien alertas.

Él, Dios, se sentará a nuestra derecha

reinará con gran verdad y justicia

consagrando las amadas ausencias

sin perder la ilusión por mil razones:

Amparar a toda la humanidad.

 

 

Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.


La rima Gonzalina fue creada por el escritor Deogracias González de la Aleja, y está compuesta por doce versos, endecasílabos los versos 1º a 5º y 8º a 12º con rima consonante en estos citados versos. Los versos 6º y 7º son heptasílabos y riman entre sí en asonante, evitando que dichos versos rimen a su vez en asonancia con 5º y 8º. Aunque no es así, podría decirse que consta de dos partes: la primera hasta el verso 6º y la segunda, a partir del 7º, que es repetición, en cuanto a rimas, de la primera, pero en sentido inverso o descendente. (Versos endecasílabos en cualquiera de sus acepciones) Su esquema es el que sigue: 11A, 11B, 11C, 11D, 11E, 7f, 7g, 11E, 11D, 11C, 11B, 11A.

 

 

 

 

 


miércoles, 7 de diciembre de 2022

MILAGROSA TRANSFORMACIÓN

 


 

 

Crecí en Villa de Fuente, en el Estado de Coahuila. Mismo que está rodeado del Río Escondido, el cual desemboca en el famoso Río Bravo, o Río Grande: que divide la ciudad de Piedras Negras, del mismo Estado, y Eagle Pass, (Texas). En ese entonces las callecillas eran de tierra. En tiempos de lluvia me gustaba disfrutar del penetrante y embargador aroma a tierra mojada. Por las noches, acostumbraba juguetear con las fantásticas luciérnagas. En ese lugar predominaban los arboles de nogal. Mismos que rodeaban la casa en donde pasé gran parte de mi inolvidable infancia.

Misma que estaba situada sobre la calle mina. Los vecinos de enfrente tenían una pequeña tienda la cual era atendida por el mismo matrimonio ya entrados en edad llamados Arturo y Carmela. Supongo que ella se llamaba así ya que la llamaban “ Doña Mela”, ella era atenta y educada y aunque no recuerdo que hayan tenido hijos, le gustaban los niños. Pero al señor Arturo, no le agradábamos para nada.  Los niños de la Villa lo asemejábamos a un ogro gruñón, por huraño y descortés. Una servidora era quien más le temía a los chillidos que pegaba cuando algunas veces se nos escapaba la pelota y caía en el patio de su casa.

Al entrar a la tienda, lo saludábamos, no recuerdo haber escuchado siquiera una sola vez que respondiera nuestro saludo. Yo tendría algunos cinco años, y lo llamaba “Doña Arturo”, y siempre me llamaba la atención.

--¡No me llamo “Doña” Arturo niña!-- Me corregía ofendido.

--Si “Doña Arturo”, ya lo escuché—Respondía temerosa disculpándome.

 Nunca me ha gustado que me levanten la voz, eso es lo que más detesto de una persona.

Así que ese hombre había logrado que yo le tuviera tirria, más cuando pegaba tremendo “alarido”, para apúranos a desaparecer de su vista y decía:

--Pidan rápido lo que van a llevar y se salen, ¡pero ya! --

Salíamos apresurados, porque lograba asustarnos, que a veces olvidábamos comprar algunas golosinas, aunque varias veces logré ver de soslayo como se reía al vernos salir corriendo y aventándonos entre sí, ansiando caber todos por la angosta puerta del negocio al mismo tiempo.

Un día fui a comprar unas latas de leche condensada para que mi madre nos preparara a mí y a mis dos hermanos el delicioso dulce de leche y nuez que tanto nos gusta. Era la temporada en que el árbol de nogal dejaba caer el suculento y nutritivo fruto. Al entrar a la tienda vi que solo se encontraba “Doña Mela” atendiendo el mostrador, y dentro de mi sentí un gran alivio, pero como los niños son curiosos, le pregunté por el señor Arturo.

--Él está en cama, respondió, tiene días que no quiere comer nada y eso me tiene preocupada--, dijo acongojada.

Al legar a casa le comenté a mi madre que el vecino se encontraba delicado de salud, tomé mi pequeña canasta y me dirigí al patio a recoger los deliciosos higos, granadas y nueces, de nuestra cosecha. Pero esta vez no eran para repartir a mis amiguitas (os), me crucé la calle y fui a entregarle la canasta a Doña Mela, misma que al abrir la puerta se sorprendió que esa tarde no iba acompañada de mis “cuatachos”, como les decía a mis amiguitas (os). Le entregué la pequeña canasta y le pedí de favor se la entregara a “Doña Arturo”. Ella, esbozando una dulce sonrisa agradeció y me encaminó hasta cruzar la calle de regreso a casa.

Se acercaba la víspera de noche buena y una de esas tardes en que jugábamos pelota en la calle, “Doña Arturo” nos llamó.

--Acérquense niños quiero decirles algo muy importante--

 Sorprendidos y temerosos a la vez, escondiéndonos unos detrás de otros temiendo que nos regañara, nos acercamos hacia donde él se encontraba:

--Les he organizado una posada navideña, para este sábado, espero que ningún niño falte- Dijo emocionado.

Mirándonos unos a otros con asombro, solo asentimos con la cabeza y luego nos retiramos de su nefasta presencia.

El día señalado nos presentamos a la hora indicada, ya su esposa y él tenían colgada la piñata, en un canasto tenían las bolsitas de dulces y unas mesas arregladas con manteles de plástico decorados con imágenes navideñas.

Esa tarde fue inolvidable, el ogro se había convertido en un simpático Santa Claus, aunque me di cuenta que el traje le quedaba corto, y la barba de algodón no me dejaba ver si sonreía o conservaba la mueca de amargura que traía pintada en su rostro casi a diario.

De pronto un tremendo grito me hizo pegar tremebundo susto:

--Jo, Jo, Jo, --, se dejó escuchar. –¡FELIZ NAVIDAD! –

Y en medio de tanta algarabía, no alcanzaba a escuchar bien las palabras que decía, pero creo que eran estas:

 

Esta navidad les deseo

dicha y prosperidad

niños de mi Villa, ¡los amo!

y nunca los podré olvidar,

gracias por hacerme feliz

y les juro que nunca más

volveré a gritar.

 

Todos los asistentes que éramos muchos, nos miramos sorprendidos y corrimos a abrazar al ogro que tantas veces nos había asustado con su mal carácter y sus gritos.

---¡Feliz Navidad!, gritábamos todos al unísono.

Después de romper la piñata, comimos unos deliciosos tamales, que la misma Doña Mela nos había preparado con tanto amor, acompañados de un delicioso y humeante champurrado. Santa quien había dejado de ser el ogro, nos iba entregando las bolsitas repletas de colaciones, cacahuates, naranja, y demás dulces. Cuando tocó mi turno de entrega, me regresó la canasta en la que le había llevado los higos, granadas y nueces, me miró a los ojos fijamente por un momento y solo murmuró:

--Gracias pequeño diablito--

Al abrazarme vi a través del disfraz como unas cuantas lagrimas escapaban de sus ojos rodando por su adusto rostro.

Y desde esa vez cumplió la promesa de nunca más volver a gritar como loco desaforado.



 

Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.

Imagen del Taller Literario "A CALZÓN QUITADO"

 

 

 

lunes, 5 de diciembre de 2022

VERSOS PARA EMILIA

 




(A mi pequeña bisnieta)

 

Ángel que llegó del cielo

a iluminar nuestras vidas

brindas amor y consuelo

y en el corazón anidas.

 

Tierna niña, dulce, bella

de abuela y de bisabuela

por donde vas dejas huella

dulce ensueño que se anhela.

 

Por eso esta noche buena

a Dios, vamos a pedirle

que sea una noche serena

honra vamos a rendirle.

 

Te otorgue sabiduría

y por siempre te bendiga

de noche tarde de día

¡Siempre el amor te persiga!

 

 

Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.

© (Copyright)

05/12/2022

sábado, 3 de diciembre de 2022

FELICIDAD

 






Esa tarde cuando el arcoíris bañaba la montaña.  De mi alma teñida de anhelos brotaban hálitos de felicidad, te imaginaba junto a mí entusiasmado. Luminosos destellos cubrían el horizonte, era el amor que abrazaba mi corazón y yo, ni sospechaba.

Llegaste a mi vida alejando la gris melancolía. Cuando la sonrisa se escondía en lo profundo de una mueca y un velo de pesimismo cubría mi rostro. Aquel ayer se escabulló hacia el limbo del olvido, ante el bien que ahora se ha posado en el umbral de mi vestido. Llegaste tú, pincelando mi vida de animados matices. Chispazos de esperanzas y sabores plasmaste en mi boca y en el alma.

Hoy mi comportamiento es diferente, disfruto del más mínimo detalle, risas sonoras y brillos celestiales. Mis labios y mis ojos cantan al compás de la aurora que me mira desde lontananza cuando surca la colina, y me quedo inmóvil disfrutando del extenso paisaje.

- ¡Felicidad! -creí que nunca te alcanzaría. Ahora te aprisiono entre mis manos. Cerré mi puño para que no te escaparas y te beso también agradecida.

Eres mi cetro de destellos de ocasión cuando contigo engalanada canta la mañana. Me asomo a la vida con una sonrisa grabada y aferrada a ti cruzo la savia que me muestra visiones proféticas de fértil ensoñación.

Antaño, mi triste rostro no era capaz de regalar una sonrisa. Hoy llegas tú, y te posas en mis labios ahuyentando las penas acumuladas en mi alma. Paz, gozo, esperanza se mudan ataviadas. Inquilinas que cantan en el fondo de mi alma, gritan al mundo que el corazón reboza de bonanza contemplándote cada mañana ilusionada. ¡Quédate!, no te vayas destello que hoy llegas a iluminar mi espíritu.



Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.

Imagen tomada de Google

DE AMOR VESTIDA.

  Ha vagado entre luces del olvido manojos de quimeras de algún sueño que ya escondidas bajo adusto ceño de insidia lisonjera fue ...