martes, 2 de julio de 2013

EL DIBUJO



Ella.-Calla, que la noche está muy fría
Y la luna aun no aparece
Ven siéntate a mi lado
Y enjuaga esa lágrima de antaño.

Él.-Te contaré la historia de un amor fallido
Era como rosa con aroma a primavera
Pero se truncó la esperanza de amarla a ella
Aunque la recuerdo por que la he dibujado.

Ella.- Las penas son muy malas consejeras
Cuéntame ¿quien era esa mujer que te ha tocado el alma?
Que así como la lluvia se alejó
Y el viento la perdió en su ira.

El.- No vale la pena recordar
Nunca tuve la dicha de tenerla entre mis brazos
Pero aún así la amaba
Como se ama al más tierno retoño.

Ella.- Que dicha tener un amor así
Que te amen sin siquiera conocerte
Y aún así sin condiciones
Que tonta mujer la que amaste en el pasado
Dime por favor ¿quien es, la conozco?

El.-Era la luna vestida de tul
Su boca color de rosa y la cara de porcelana
Su imagen era el de una diosa
Y su elegante andar semejante al vaivén del viento.

Se alejó cabizbajo así como se va la tarde
Como se va la esperanza ante el desengaño
Y le dejó el dibujo entre sus temblorosas manos
Y ella lloró pues era demasiado tarde.


    • El, le contaba como su vida fue en ciertas ocasiones, un infierno, hasta que la conoció y su vida cambió de la noche a la mañana. Tuvo que conformarse sentirla y amarla en el silencio y la distancia, más cuando detrás de una ventana se encontraban, la magia y la fantasía volaban en ambas direcciones, hasta perderse en las grandes llanuras de los océanos de las galaxias. Más nunca dejó de perder la esperanza, la fe, el deseo de que sus almas al final del trayecto se encontraran. Nadie sabe cuánto sufrió y lloró, solo recordarla producía un mar de lágrimas, de suspiros y de palabras sin respuestas. Hizo de su vida, un monasterio, un misterio, buscando en las papeleras alguna nota escrita por ella, que le pudiese decir que también le añoraba. y pasó el tiempo, a veces sin contacto, otras sin mensaje y se acostumbró a vivir sin olvidarle, sin encontrarla, sin el más mínimo saludo. Sabía que ella era feliz, que había encontrado el amor y eso le llenaba de emoción, porque por encima de cualquier cosa, siempre quiso su felicidad, se la merecía, después de tantos sinsabores, por nada en el mundo querría dañarla, con su dolor bastaba. Pero siempre le quedó la duda, ¿qué hubiese sido en otras circunstancias?, ¿se hubiesen amado como nunca nadie se amaron?, fibras y sentimientos a ambos no le faltaban.




Autoría: Ma Gloria Carreón Zapata.

COMO ME VEO A MI MISMA





Me contemplo ante el espejo
y el vaho no permite mi reflejo
la tarde se ha nublado
y veo que el tiempo
mis años mozos me ha timado.

Ya no me veo de frente, no,
mi cuerpo ha cambiado
mi rostro muestra los años
que asoman del pasado.

Unos surcos traviesos
me hacen muecas
y han cercenado la lisura de mi boca
los relleno de maquillaje
y con una leve sonrisa ante el mundo
me muestro satisfecha.


Me miro de soslayo
y me pregunto a mi misma
¿quién eres?
y una voz atildonada me responde
-¡Soy yo cincuentona!-
-Porque cuando te llamo me ignoras 
y me miras de soslayo?.

- Porque mi alma sigue siendo
el de una niña traviesa,
que aún sueña con duendes y con hadas,
y anhela mecerse en los brazos de su amado
bajo el reflejo mágico de la noche serena
aunque con mil arrugas, aún me siento viva,
-le respondo.




Autora: Ma Gloria Carreón Zapata
Imagen tomada de Google.


ME DUELE LA VIDA




Si me ves callada, no pienses vida que me ausento de ti, no, me quedo en silencio y al cerrar mis ojos olisqueo la esencia de tu ser, te busco con mis manos y siento la lisura de tus labios que ávidos de sentirse adheridos a los míos, danzan sobre mi piel y padecen como yo; la agonía de sentirte lejos, sin sospechar siquiera que los dos sufrimos por igual, amor. 

Esta lejanía me esta asfixiando. Es entonces que tomo mi cuaderno y me pongo a garabatear unas letras, queriendo escribirle a la madre naturaleza, y por que no mejor, escribir una protesta en bien de los desprotegidos, o mejor plasmar mi disconformidad en contra de la hambruna, la vergüenza que siento al darme cuenta que hay muchos niños por ahí que no tienen ni que llevarse a la boca; en lo que a otros les sobra el dinero, derrochan solo en vanidades insulsas por ahí, o tratando de comprar la felicidad, tal vez si, un poco de amor para llenar esas vidas vacías que los hacen sentir más pobres de lo que ya tienen su alma.

Pero, al final termino diciéndote amor, que me duele la vida.





A FUERZA DE AMARTE TANTO


 
Del costado del viejo sol se tienden mis añoranzas
en el tiempo que pienso en ti mi amor serena se pone el alba
y se perfila sobre el horizonte la visión de la esperanza
si yo fuera esencia cariño tu rostro con mi vaho tocaba.

Por esa calzada estrecha deambula mi alma en silencio
tu risa escucho sonar cuando mi corazón por ti clama
queriendo tocar el cielo y a la vez dejar atrás el desconsuelo
que vacía y mutilada sin ti me parece la mañana alma.

La tarde de mis quebrantos  no es más que la voz del llanto
que a fuerza de amarte tanto doblega y aprisiona las entrañas
por recostarme en tu sueño amor doy la vida y mi canto enmanto
al cielo ruego por lunas y al sol por ver tu rostro en penumbras.

A fuerza de amarte amor al mismo sol rezaría con fervor
y el secreto de mis quimeras revelaría a la medialuna
a fuerza de amarte tanto te daría el sol, el mar y la luna enlaguna
que dueña no soy de ninguna aunque el mismo Dios me las heredó por fortuna.

Autora: Ma Gloria carreón Zapata


A FEDERICO GARCIA LORCA

Tierra, tan solo tierra que bebió la sangre derramada
y tu alma viene cantando por marismas y praderas
al sentir tú corazón un vago temblor de estrellas
 que se perdió en la senda del alma de la niebla.

La luz te tronchó las alas a la vez,
 qué el dolor de tu tristeza mojó los recuerdos en la fuente de la idea
blancas fueron tus plumas y no fueron rosas blancas
Fueron copos de nieve de besos y esencias
Que se hundieron en la sombra del intelecto.

No se desheló la nieve ni aún en el siglo X1X
Ni hubo rosas perfectas ni mucho menos se obtuvo paz
Y triunfante la maldad se ha coronado victoriosa
Apagando la esperanza que hundió a la tierra en incipientes tinieblas.

El azul fue una chispa de inocencia una quimera,
Más el corazón del poeta ha despertado,  y todos en una canto te recuerdan
¡Federico Garcia Lorca!  hoy el agua clara moja la luna nueva
En nuestro corazón de trovadores  nos  han nacido flechas
que disparan ya tus versos esparciéndolos por todo el planeta
Y hemos comenzado a rescatar tus letras y  el corazón de los infantes,
de las almas rudas de las piedras.


Autora: Ma Gloria Carreón Zapata.

AROMA DE MUJER

Caminaba ansiosa de estar entre sus brazos. La tormenta esa tarde hacía piruetas con la nevisca,
mientras el ocaso blanco desprendía su lluvia de estrellas exagonales de hielo cristalizado, al son del congelado viento danzaban. La ventisca no le permitía andar con libertad, apurando el paso con la gabardina a punto de cristalizar, no titubeo, a la cita tenía que llegar, el frío golpeaba su rostro como látigos enfurecidos como un castigo divino, en el núcleo del purgatorio mientras en su andar seguía ululando el viento su lacrimoso lamento. Los huesos entumecidos se resistían a seguir, la tarde nevada caía por su afligido rostro, en la esquina unos jóvenes tarareaban una melodía de moda, mientras el vaho se veía como salido de grandes chimeneas. Sintió el pánico pulsar su alma.  Suspiró hondo y siguió adelante, pronto estaría frente a él. La noche emborrachó la luna y el sonar de las copas de cristal se escucharon al chocar. Apuró el paso, un presentimiento la hizo detenerse. -¿haber caminado en vano? pensó,
de pronto, presionando el timbre con insistencia; la puerta abierta se encontraba, una pequeña mesa vestía de gala esa noche
dos copas, un brindis y el aroma a perfume de mujer.


Autora: Ma Gloria Carreón Zapata.




HORNEANDO SUEÑOS

Anoche te hice mio sin que te dieras cuenta
testigo fue el sonido y el eco de la ausencia
estábamos dormidos y nos sentíamos arrejuntados
mi alma adyacente te estrechaba.

Nos hallábamos distantes y nos amábamos
fue cuando penetré hasta lo hondo de tu conciencia.
y a mi manera te acaricié sin que tú lo supieras,
si amor, y con elegancia succioné tu alma.

Arrojé la veste de mi álgida rigídez al imperio de los aires
quien la envolvió en su vuelo y la arrojó lejos para siempre
anoche amor, disfruté como nunca de nuestra demencia
y le dije adiós para siempre a la maldita discrepancia.

Y como el ave fénix renací entre tus brazos
y en un celaje se encontraron nuestros cuerpos
le atribuí a la luna el pródigio de nuestra aventura
y en palabras de amor y promesas
Hicimos de nuestro amor un nuevo himno de gloria.

¡Mío! murmuró la noche
y de sueños placenteros se dibujó el horizonte
mío, y hubo nuevas melodías de dulces sinfonías
y el canto de las aves se unió a la pasión y al optimismo
y volvieron del amor nuevo sueños con sabor a primavera.

Autora: Ma Gloria Carreón Zapata

AHORA ME DOY CUENTA QUE NADA SE.

En la clase de Literatura Universal, el maestro le pregunta a los alumnos; cuales son las obras literarias que han leído en el transcurso de su vida, y como siempre, no falta el estudiante que se cree ser experto en el tema a tratar, de pronto levanta el dedo una chica y se pone de pié.
...-¿me permite maestro?  yo he leído casi todas ... -perfecto contestó el profesor,... -adelante- la joven se acomodó la falda, y de manera despectiva volteó a ver a sus compañeros de clase como si fueran bichos raros;  para luego dirigirse al profesor con la mirada altiva y el cuello erguido, comienza...- memin pinguín, la familia burrón, aniceto etc,
De pronto se dejó escuchar una risotada en conjunto, seguida de la voz enérgica del profesor...-perdón señorita- no me he referido a obras de entretenimiento, me refería a las Obras Clásicas De Literatura. La alumna bajó la mirada, molesta, para al mismo instante y de manera cautelosa desafiar al profesor...-¡ah! exclama la chica, lo hubiera dicho antes profe,...- ella falleció hace tiempo yo ni siquiera la conocí.
El profesor muy contrariado le sugirió...- Me hace favor de sentarse señorita, agradezco su participación.

En el rincón del aula, estaba sentada una de esas alumnas que siempre desean pasar desapercibidas,
solo la cabeza asomaba del pupitre y el maestro, buscando a su próxima víctima, echando una ojeada a todos los alumnos, detuvo la mirada en ella, precisamente....- ¿ Dígame, Señorita, para que estudia usted?  al momento que la chica se atragantó de saliva antes de contestar..- ¡glup!...- Mire maestro yo en verdad, y titubeando siguió...-¿Yo, mire profe yo? bien...- Yo estudio para dejar de ser menos burra, por que en realidad nunca se deja de aprender en la vida, podré saber de Leyes; más sin embargo, no sé nada de Filosofía y Letras...- podré conocer de medicina, más sin embargo no de mecánica etc, así que toda la vida los seres humanos seguiremos siendo unos ignorantes ...-¿y sabe a que me refiero cuando digo ignorantes?...- ¿no? le responde el maestro, mirándola a los ojos con curiosidad...- porque si no podemos solucionar los problemas de nuestro planeta que va en deceso  como tampoco podemos vivir en paz con nuestros hermanos,..-¿entonces, porqué pregonamos de ser grandes sabios? el profesor, mirándola nuevamente a los ojos se quedó reflexionando para en seguida contestar....- Señorita, la clase se trataba de aprender a identificar lo que son Obras de Literatura Universal, de las obras de consulta y de entretenimiento etc.

...-Perdón Sr. profesor, contestó con humildad la alumna
Pronunciando una frase del famoso clásico Ateniense ...Sócrates
(Yo solo sé que no sé nada)



Si un día piensas que ya lo sabes todo, de una cosa puedes estar seguro: te has equivocado.

Autora: Ma Gloria Carreón Zapata.


LA CELDA DEL DIABLO (Narrativa)












Tenía rato que había entrado la noche y, Pedro, quien practicaba la levitación, daba vueltas en la cama de la horrible y pestilente celda; estaba inquieto y no podía dormir a pesar de sentirse fatigado y somnoliento; llevaba ya tiempo sin poder pegar los ojos debido al terror que lo invadía sólo de pensar en lo que vendría llegado el momento.

Desde hacía un par de semanas, la pesadilla comenzaba arribando justo la media noche; dando la hora, veía una sombra pequeña ante sus ojos de más o menos medio metro de altura, seguida de un gato enorme de color negro que se acercaba a él poco a poco haciendo un sutil pero tenebroso ruido demoníaco, como paladeando el momento.

A pesar del terror que lo invadía, eso al parecer lo hipnotizaba; al ver y escuchar aquello, se quedaba profundamente dormido en contra de su voluntad; al amanecer, veía en su abdomen y su pecho grandes arañazos que le indicaban que la pesadilla era algo real.

Una noche puso todo su empeño y pudo vencer el sueño que le provocaba esa especie de ronroneo infernal y, de esa manera, visiblemente atolondrado, pudo ver cómo el gigantesco gato trepaba a su pecho haciendo el gutural sonido.

Aterrorizado quiso huir saliendo de su cuerpo, más al llegar a la diminuta ventana, sintió que su alma se la llevaba el viento y sintió temor de morir; fue como decidió volver.

Al siguiente día le platicó a su compañero de celda, quien incrédulo a lo que escuchaba, decidió velar para verificar si Pedro le decía la verdad, o se tratara de una simple broma.

Al llegar la hora, Pedro como cada noche, se quedó hipnotizado perdiendo la noción de tiempo y espacio; su compañero, fastidiado al ver que aparentemente nada pasaba, se durmió; de pronto, poco después, sintió un peso enorme en su tórax; se trataba de dos gatos negros que peleaban encima de él; al momento quiso gritarle a Pedro pero, al voltear, vio que aquél estaba inconsciente y sólo hacia un ruido que le aterrorizó, y que no le permitió mover un sólo músculo.

Al narrar a los demás compañeros del reclusorio lo ocurrido, estos les informaron que antes de llegar ellos, un hombre quien habitaba la misma celda tenía pacto con el demonio; que además, hacia rituales a favor del mismo, y tenía estampada la imagen de Satanás en la pared de la celda, la cual fue borrada al morir aquél inquilino.

Fue entonces que Pedro buscó la ayuda de Dios y, así, a la hora cuando nuevamente apareció la sombra y el endemoniado gato, se puso a rezar en pos de ayuda ante la mirada incrédula de su compañero, quien era ateo.


Fue de esa manera que logró salvar su alma y su vida pues, esa misma madrugada, escuchó un terrorífico grito que le hizo erizar la piel; al incorporarse vio cómo dos enormes gatos negros, descuartizaban y se tragaban al compañero de celda.

Autora: Ma Gloria Carreón Zapata
Edición Literaria: Miguel Valdés.
Imagen tomada de web.

RAZA DE BRONCE



A ti que con tus manos acariciaste
la tierra del hacendado
a pesar que de indígena sinónimo te ha dado
manos que labran el suelo extranjero americano.

A ti que con amor hiciste surcos con tus benditas palmas
y cosechaste lo que a tu mesa con dignidad brindaste
y el fruto de tu morada con amor consagraste
y en las parcelas dejaste el esfuerzo de tu linaje

Tu tierra hoy clama justicia
culpando de su destrucción a la gran civilización
aunque proporcionaste al mundo
un filón de tratamiento literario.

Esas tus alas que hoy tiemblan de impotencia 
ante el verdugo que mañana clamará indulgencia
bajo la óptica superioridad del blanco
satisfaciendo la curiosidad de todo el continente.

Que hasta al extranjero se le antojó conocerte
y aprovechó para saquear tu fortuna 
y derramar tu sangre, que es una misma sangre
provocando la gran hambruna a tu pueblo
¡MÉXICO! perdiste la fortuna
más nunca el estandarte que levanta a tu nación.

Autora: Ma Gloria Carreón Zapata.

PEREGRINO

Cuando más huyo del recuerdo
es cuando más arde la pasión por ti,
más me tortura y pierdo,
¡Oh peregrino tu amor, la nostalgia y un buen vino!

Cuando más me alejo
tus palabras hacen eco en mi memoria y mis sueños entretejo,
y mis ojos no hacen más que avizorar a través del tiempo
escudriñando el recuerdo que sin darse cuenta corre lento.

Y tú sigues haciendo historia en mi triste trayectoria.
peregrino de claros ojos donde vi reflejada la gloria
retiraste la paz conciliatoria,
donde siempre fuiste
el tiempo que llegó a destiempo.

Peregrino que de mojadas aguas
salpicó con su locura la hermosura
de aquel amor que clamaba por cordura
y que al final  fluyó como cause de río que nunca a beber
más volvió porque mi humilde amor jamás estuvo a su altura.

Aurora: Ma Gloria Carreón Zapata.

SUEÑOS DE MAR

Como mirar la luz del sol,
si tu rostro se esconde en el horizonte,
como deseo navegar en tu furiosa marejada
y hundirnos los dos en lo profundo del océano,
y en aquel momento, 
dar rienda suelta a nuestros más íntimos deseos.

Pero no, soy un pez que nada sobre la superficie marina
que de orilla a orilla navega sin rumbo fijo y sin domicilio
y llevo entre mis aletas un color tornasol sin brillo,
y sueño con poder navegar  bajo la erosión de tus olas.

Aletear sobre la sábula mojada
y a mi arrecife de coral atraerte con mi dulce canto
y envolverme  en tus algas coralinas 
y encima de ti formar una estructura de coral.

Y así como esponja absorber de ti tu esencia
y en esas selvas del mar
perdernos para siempre
y dormir, dormir donde los enamorados 
duermen para siempre en un arrullo soleado,
dormir para siempre a tu lado.

Autoría: Ma Gloria Carreón Zapata.

FELICIDADES HASTA EL CIELO PAPÁ (Acróstico)

Sin ti la vida es un páramo con naturaleza muerta
A tu lado fluyó la vida y gocé de lo divino
Tuve en mi infancia abundancia de cariño
Uní realidad y magia disfrutándola contigo
Recé a la vida sin limitar palabra alguna
Nunca carecí de tus abrazos, de tu amor y viví,
Imaginando que aún me arrullabas en tus brazos,
No fue quimera no, lo viví a tu lado padre mío
por si acaso fue sueño, quiero vivirlo de nuevo contigo.


Corrí por la vida ejercitando tus consejos en pequeñas dosis,
Anhelando y rogando a Dios que nunca me desampararas,
Recordé aquella vez cuando juntos como niños
Recorrimos el potrero y yo, me colgaba de tus ropas
Entonces tú, te hacías pequeñito para estar a mi altura, y besarme,
O te convertías en gigante cuando me acechaba el miedo,
No logro comprender como es que Dios te arrancó de mi lado.

Si apenas saboreaba la fortuna de tenerte a mi costado,
O es que acaso cometí el pecado y olvidé decirte en vida lo mucho que te amaba,
Lo que fue en un tiempo junto a ti aún me sabe a gozo
Imbécil destino que te arrancó de mi lado y hoy,
Solo una lagrima corre por mi rostro al pronunciar. 



FELICIDADES HASTA EL CIELO, PAPÁ

NO ME VAYAS A OLVIDAR

Cuando la brisa del sol oriente pare de caer
y la campana de la basílica detenga su tintinar,
en el momento en que la nevisca de la ausencia
te haga temblar de soledad,
yo te ruego vida no me vayas a olvidar.

Y  pese a que el otoño azteca tapice tu afligido rostro
y las aves del paraíso su gorjeo dejen de brindar,
en el tiempo que la aurora boreal tiña 
de rojo púrpura el horizonte...
yo estaré vida, pensando en ti.

Si el gélido mañana, cae sobre tu dorso desnudo
y tiemblas de nostalgia al recordarme, piensa...
que en la distancia, lejos, distante de tus ojos,
hay una mujer que sigue pensando en ti.

Por que yo, te llevaré por siempre dentro de mi corazón,
aún cuando el plenilunio me cubra de demencia
y la noche, aquella que nos revistió de insomnio
entierre mi cuerpo para siempre, 
te pido amor, no me vayas a olvidar. 

Autora: Ma Gloria Carreón Zapata

LA DANZA DEL AMOR

El canto del follaje seco que diluye las hojas ocres del otoño
guarda en su médula los recuerdos de nuestra fílantropía
aquel ósculo que se deslizó en tu boca como dulce sinfonía
hoy lo prenso entre los dientes relamiendo los recuerdos vida mía.

Tantas zozobras y tantas melancolías encarceladas en mi ávida boca
y al alba asoleada hoy, se enjuaga la memoria en esa noche silenciada,
en lo que el beso se tuerce enredado en el llanto que lo ahoga
haciendo piruetas y danzando...
mastica ausencias que se desbordan estrepitosamente.

La obcecación arrulla al caudaloso río de pasiones entre sus piedras
y hoy se desliza ufano de tanto amar danzando enamorado
cuando en las noches lanza el amor el grito callado muy amartelado,
celebrando que el sentimiento florece enredándose en el dintel del alma.

Hoy quisiera alejar los pensamientos vacuos  para estar a su lado
y que las hojas calcinadas del otoño en florestas perfumadas se transformen
sin embargo alzo mi brazo para alcanzarte cisne enamorado
y así los dos danzar al compás de nuestro amor la danza del beso apasionado.


Autora; Ma Gloria Carreón Zapata.

TRINOS DE AMOR

Ayer, que iba camino al hospital. Vi como unas aves se encontraban jugueteando sobre las ramas. Se veían felices, sin estrés, sin ninguna preocupación. En lo que yo, vivía a diario  toda tensionada por los turnos tan pesados. Y sin poder evitarlo, seguí manejando a vuelta de rueda sin dejar  de asomarme de vez en cuando  por el retrovisor del coche. La curiosidad de saber que hacían esas aves después de gorgoritear y de jugar, había logrado inquietarme. Al llegar al hospital el portero corrió a abrirme la puerta del coche.

-¿Buen día Doc. que tal esta el tráfico a esta hora de la mañana?- me preguntó .
-Bien Vicente, ya sabes como se pone el congestionamiento de autos, por el lado de periférico, que si no es porque  me levanto a las cinco de la mañana, creo que nunca llegaría...-le respondí.
-¿Quiere que le traiga su yogur y su juguito fresco?
-No, no te preocupes me preparé un emparedado antes de salir de casa.
Me dirigí a urgencias, pensando nuevamente en aquellas aves, que cada mañana, me regalaban su precioso canto.
-¿Como es que hacían ellas para estar contentas siempre?, me preguntaba.

-¡Hola Doc, buen día! -Mucho paciente la espera.
En ese momento una de las enfermeras interrumpió mis pensamientos, para luego, después de unos minutos seguir haciéndome la misma pregunta.
-¿ Que hacían ellas cuando se enfermaban?, -o tal vez, si no experimentaban el estrés, no enfermaban.
Después de haber terminado mi turno, pasé a lavar mi coche que de viejo hacía ruidos por todos lados. No sin repetirme la misma pregunta de esa mañana.
-¿Como es que esas aves, que sin trabajar se alimentaban a diario?
-¿Como era posible que yo viviera toda estresada y malhumorada, por el cansancio, y apenas dormir unas cuantas horas?.
Aparte, que hermosos y coloridos plumajes cubrían su piel, ellas era libres, y no vivían sujetas a ningún horario.
Aparte, imaginarme un mundo sin aves, que insípida me pareciera la vida.

"Tanto tengo que agradecer a mi Dios por tantas maravillas. Las aves melodiosas, la naturaleza, la vida, el sol, la fertilidad, la familia, el amor, tantas cosas que los humanos no valoramos, por correr tras las cosas vanas".


Autora: Ma Gloria Carreón Zapata

lunes, 1 de julio de 2013

LA CASA DE SHUBERTH (Narrativa)










Como cada treinta y uno de octubre los niños salían a pedir dulces todos en grupo. De acuerdo a las costumbres del vecino país adoptadas como propias. Incluidas hasta en los nombres de las personas y en muchos términos de su lenguaje cotidiano, por prácticamente todos los habitantes de la frontera Norte. 

Paúl, que así se llama el protagonista de este escalofriante cuento contaba con apenas nueve años, pero, a pesar de ello era un niño de una inteligencia asombrosa para su corta edad. 

Casi desde que tuvo uso de razón comenzó a soñar con volar como ave por las nubes. Poco tiempo después empezó a coleccionar aviones juntándolos de todos tamaños y que eran a su vez la envidia de sus amigos de la cuadra. Pensaba que cuando creciera habría de partir de su pueblo natal a San Antonio Texas para así poder estudiar la carrera de piloto aviador. 

La Villa donde vivía por esos tiempos era muy pequeña, parte de un municipio situado en la frontera Norte del estado de Coahuila. El poblado apenas contaba con una escuela secundaria y una preparatoria. Era imposible que tuviera una escuela de aviación. Siendo muy pequeño aún pensaba que algún día tendría que salir lejos de la pequeña población si es que en verdad quería realizar su más grande sueño. 

Esa noche de brujas, Georges, su mejor amigo, pasaría por él para luego reunirse con otros camaradas del barrio. Eran aproximadamente las siete de la tarde cuando, Paúl ya irritado por la tardanza del amigo se asomaba desesperado por la ventana de la habitación. La cual daba hacia un gran parque que se encontraba a un lado de su casa. De pronto, vio a unos metros de distancia a otra palomilla de niños quienes gritaban al mismo tiempo frente a la casa de unos vecinos, del otro lado de la calle. 

-¡Dulce o travesura!...-. 

Más grande fue su desesperación al ver aquello a la distancia. Verificó los últimos detalles del bulto hecho por él mismo, para luego acomodarlo debajo de las cobijas. Las cuales movió un poco para terminar de hacerlo parecer su cuerpo acurrucado entre las sábanas, dando la espalda a la entrada de la habitación. 

En seguida arregló los cabellos de una peluca de su madre que tomó sin que ella se diera cuenta, para después colocarla sobre un bulto fabricado con su pijama, luego se dirigió hasta la puerta para apagar la luz y ver por última ocasión su obra tan realista. 

Posteriormente regresó hasta la ventana para, asido fuertemente de una estructura de malla que sostenía las gruesas enredaderas descolgarse sigilosamente hasta el jardín. Una vez abajo se dispuso ir al encuentro de sus amigos a quienes no tardó en encontrar. 

En cuanto estuvo con ellos, en seguida les comentó que ya era un poco tarde para ir a pedir dulces pues, otros grupos de niños se les habían adelantado. Buscando con la mirada a Georges se dio cuenta que no se encontraba con ellos. 

–No veo a Georges, ¿sus papás no le dieron permiso de salir a pedir dulces?...- 

Todos se miraron sorprendidos nadie lo conocía más que él, Gaetano el mayor de ellos le informó. 

-Tal vez no lo dejaron salir pero, a mí tampoco me dieron permiso y me escapé. Terminó en tono de orgullo. 

Paúl por su parte, dijo. 

--¡Yo también, mi madre dice que es peligroso salir esta noche pues, según ella, el diablo anda suelto!— 

Aseveró, causando temor entre los demás chiquillos que lo oían. 

Pasado el sobresalto, Gaetano volvió a hablar dirigiéndose a Paúl. 

--Pensamos que Georges tu amigo estaba contigo, fuimos a buscarte a la casa donde dices que vive y nadie salió-- 

Paul les pidió que se adelantaran, él iría por su amigo, apresurado se echó a correr rumbo a casa de Georges, no sin antes ponerse de acuerdo para ver en dónde se encontrarían. 

Acortando distancia se fue por un sitio desolado y oscuro. Un estremecimiento se apoderó de él al sentir un viento helado recorrer su cuerpo, y pensó. 

--Mi grandmother decía que cuando uno siente escalofríos es porque la muerte nos toca-- 

Un ruido lo dejó paralizado; al pisar las hojas secas de los árboles y oírles crujir a la vez que una de las ramas rozaba su pantalón, y un ruido extraño parecía venir desde las copas de los árboles circundantes. Sintió terror y apuró más el paso para después correr a todo lo que daban sus largas piernas. No paró hasta encontrarse frente a la puerta de la casa de su amigo. Luego de descansar unos instantes pegando la espalda a la puerta y viendo así que nada pasaba. Más tranquilo ya, llamó desesperado sin obtener respuesta. 

--Qué extraño, tanto que me insistió Georges que saliéramos para que me haya dejado plantado, yo que quería presentarlo a mis amigos. 

Lo curioso del asunto era que las luces de la casa estaban todas encendidas inclusive los adornos de noche de brujas, todo. Desalentado decidió retirarse del lugar aunque, de pronto, algo lo hizo voltear hacia la ventana del segundo piso. Para su sorpresa un pequeño le saludaba agitando su manita a la vez que él le contestaba del mismo modo, su rostro se iluminó y se dispuso a insistir exclamando para sí mismo: 

-¡Es Georges, lo sabía, no podía dejarme plantado!— 

Regresó sobre sus pasos pero, al recargarse a la puerta para su sorpresa se dio cuenta que ésta estaba abierta. Pensó que su amigo había bajado a abrirle. Temeroso se introdujo al interior de la gran casona. Se encaminó a la sala y se sentó a esperar a Georges, de pronto, percibió un gran golpe. La puerta se cerró sola produciendo un crujido ensordecedor. En seguida escuchó como daba vueltas el cerrojo como si alguien hubiera puesto llave. 

El temor lo invadió nuevamente y un escalofrío volvió a recorrer su pequeño cuerpo. Atemorizado llamó con desesperación a su amigo sin obtener respuesta alguna. 

--¡Apúrate Georges, ya es tarde!— 

¿En qué quedamos, no que íbamos a ser puntuales, eh?— 

Siguió y armándose de valor se adentró a la casona. 

--¡Pero ya verás en cuanto bajes, te daré unos buenos zapes y si lloras te meto otros más!-- Obteniendo un silencio sepulcral como respuesta. 

Al estar frente a la recamara de su camarada aventó la puerta antes de entrar, dio un salto con la clara intención de sorprender al amigo, dándose cuenta de inmediato que la recámara se encontraba vacía. Todo estaba como si Georges no hubiera dormido ahí por largo tiempo. El polvo cubría el piso y los muebles del lugar pero, las huellas de sus zapatos estaban marcadas en el suelo. Por su lado, la pequeña lámpara del buró se encontraba encendida y pensó en seguida. 

--Seguramente Georges me está queriendo jugar una broma-- 

Se dispuso a esconderse en el armario para ser él quien sorprendiera al otro. Sin hacer ruido, abrió sigilosamente la puerta y penetró dentro del viejo armario. Al cerrar desde adentro del mismo, sintió que algo helado lo sujetaba fuertemente del brazo invitándolo al mismo tiempo a callar. 

--¡No hagas ruido, ella se encuentra aún aquí!-- 

Sin comprender absolutamente nada Paúl preguntó a su amigo a qué jugaba. Mas Georges no dejaba de temblar y de sollozar quedamente. Paúl lo interrogó preocupado. 

--¿Qué pasa Georges, estás de broma?-- 

De pronto, se escuchó un ruido como de algo que se arrastraba, al mirar por el visillo de la chapa, pudo darse cuenta que una mujer estaba frente al armario. Su piel era tan pálida que parecía ser un fantasma, sus cabellos largos y despeinados no dejaban apreciar muy bien las facciones de su rostro. Sus manos delgadas e igualmente pálidas temblaban al momento de sostener una cuerda de nailon entre los dedos. 

Fue en ese momento cuando Paúl sintió lo que era el verdadero terror y temblando de miedo junto al otro se arrinconaron en el oscuro lugar. 

A lo lejos se escuchaban los gritos eufóricos de los niños pidiendo dulces a cambio de no hacer alguna travesura. 

--Cuánta razón tenía mi madre al negarme el permiso de salir— 

Pero ya era tarde, pensó Paúl, sin embargo ahora tenía que salir de esta. Y así sin comprender que estaba sucediendo en casa de su amigo estiró los brazos para alcanzar algo con que cubrirse. 

El frío que se sentía en el lugar le estaba congelando hasta la médula de los huesos. 

--Que extraño, pensó— 

La casa contaba con calefacción sin embargo él sentía entumecidos los huesos. 

De pronto, algo pesado caía sobre él, se trajo sobre si una pequeña caja de lámina provocando un estruendoso ruido. Posteriormente se dejaba escuchar el golpe nuevamente de la puerta. Para después ver a la misma mujer dirigirse al armario y de un fuerte golpe abrirlo. 

Ellos gritaron al ver a la mujer amenazante con el odio reflejado en su demacrado rostro. 

Los sujetó de las manos arrastrándolos hasta llegar a las escaleras del gran sótano. Después de aventarlos nuevamente cerró con llave, Georges no dejaba de llorar gritando. 

--¿Mis padres, donde están ellos, y mi hermanita?— 

En ese mismo momento Paúl comprendió que estaban en un grave peligro. No recordaba haber visto a los padres de su amigo al llegar. Es más ni siquiera los conocía, su amigo era quien lo visitaba cuando se daba sus escapadas al caer la noche. Recordó que al llegar vio el coche y la camioneta estacionados en el pórtico de la casa. Por cierto, cubiertos de polvo, al igual que la recamara del amigo. En ese momento se le ocurrió un plan. 

-- levántate Georges, se me ha ocurrido una idea -- 



Y como pudieron trataron de llamar la atención de la mujer para hacerla venir y se pusieron a gritar a todo lo que daba su pequeña garganta, sin conseguirlo. Así pasó un par de horas aterrados escucharon un fuerte ruido que provenía de arriba. DIvisaron que la mujer aventaba un pequeño bulto que rodó por las escaleras. Ellos, gritaron de miedo al ver que se trataba de su amigo Gaetano, es el cadáver de Tano, como le decían ellos. Se dijeron entre sí. 

A la vez que escucharon un fuerte grito que provenía de afuera. La mujer llamaba a su hijo en medio un desgarrador grito que le heló la sangre, mismo que logró hacer eco en la gran casona. Y por las palabras que alcanzaron a escuchar, se refería a su hijo muerto. 

¡Mi hijoooo! 

Paúl, buscó la manera de escapar buscando por todo el sótano, más fue imposible. La única y diminuta ventana que veía estaba rodeada de una reja de hierro, no creía tener la fuerza para derribarla. Buscó a su alrededor algo en qué trepar, sus azules ojos se posaron sobre un viejo baúl y dirigiéndose hacia él retiró el polvo con un pedazo de tela envejecida. Al ir abriéndolo lentamente se dio cuenta que estaba lleno de fotografías de la familia. Comenzó a ver una a una, en ellas había fotografías de la que probablemente sería la pequeña hermanita de su amigo. 

Por medio de ellas fue conociendo a los que supuso serian los padres de Georges a quienes sólo conocía por mención de él mismo, y solo pequeños detalles. Había llegado a quererle a pesar de que era algo taciturno, Georges lo había conocido al llegar al barrio hacía ya un año, y desde entonces no dejaba de visitarlo algunas noches. 



Más de pronto sus ojos se detuvieron en una de las fotografías. Una mujer de algunos treinta cinco años, cabello largo y negro como la noche, ojos grandes y claros, tez blanca y de facciones finas. Ella tenía que ser la madre de su amigo, lo tenía cargado en sus brazos, sí, era ella, no comprendía por qué esa mujer le parecía conocida. 

Quizá algún día la había visto alguna vez que llegó a encaminar a Georges y no recordaba. Un escalofriante grito lo hizo reaccionar. Guardó rápidamente las fotografías para correr hacia las escaleras y prestar atención a lo que la mujer después del gran grito murmuraba, como si rezara, pero en otro idioma que él desconocía. 

El murmullo de la noche se dejó escuchar y en seguida oyó unos gritos que provenían de afuera de la gran casona. Reconoció la voz de los amigos que los llamaban por su nombre. Vio como Caetano a quien habían dado por muerto comenzaba a moverse sin dejar de quejarse. La mujer lo había encontrado merodeando la casa buscando a sus amigos, que al ver que no llegaban, decidió ir a buscarlos. 



Como pudo Paúl lo ayudó a ponerse de pie y sirviéndole de apoyo lo llevó hasta el sótano para posteriormente recostarlo, en lo que él trepaba al baúl para asomarse a la pequeña ventana y desde ahí pedir auxilio a los amigos, más fue en vano. Ellos, se encontraban retirados del otro lado del sótano. 

En eso, se dejaron escuchar a lo lejos las sirenas de algunas patrullas para luego estacionarse frente a la gran casona. Y derribando la puerta penetraron con armas en mano. Eran unos oficiales que iban en busca de los muchachos. Los cuales ahora gritaban pero de júbilo al saberse rescatados de la peligrosa mujer, a quien ya uno de ellos llevaba esposada por delante. 

Una vecina había dado parte a las autoridades, al ver a los chicos merodear la casona. 

Paúl y Gaetano, repararon en la ausencia de su amigo Georges, que no encontraron por ningún lado. 

Ya en la delegación de policía y abrazados de sus padres se sintieron seguros. Arrepentido de haber desobedecido a su madre Paúl le pidió perdón, nunca más la desobedecería. Esa mala experiencia no la olvidaría en toda su vida. 

La declaración que escucharon de los labios de la vecina los dejó helados. 

Sin dejar de escuchar Paúl se quedó viendo fijamente a la temida mujer y no evitó sentir un frio escalofrío recorrer su cuerpo, al darse cuenta que la demacrada y desquiciada mujer era nada más, ni nada menos que la mujer de la fotografía, quién precisamente tenía cargado en brazos a su amigo Georges. 

--Es ella, es ella, la madre de George--, el pánico lo había paralizado. 



Hacía un año la pobre mujer había perdido a su esposo e hijos en un accidente automovilístico. Por estas fechas de día de muertos se dirigían a pasar unas merecidas vacaciones al sur del País, cuando intempestivamente un tráiler los arremetió, donde lamentablemente perdieron la vida su esposo y sus dos hijos. Solo ella se había salvado, tanto dolor la había dejado trastornada. 

No queriendo aceptar la realidad había acudido a la guija con lo cual había logrado traer la presencia de un ente venido de ultratumba, “el fantasma de Georges Schuberth”. Eso declaró una de sus vecinas. 

Paúl estaba inconsolable ya nada sería igual, ahora comprendía muchas cosas. Aunque imaginario se había encariñado tanto con el fantasma de Georges. Ya nada era igual para él, cuánto lo extrañaba, Georges era su confidente al cual le contaba sus grandes sueños. 

Pasaron los años y Paul nunca logró olvidar a su gran amigo. Él se había convertido en piloto aviador, había invertido sus ahorros en “La Casa de Schuberth”, como se apellidaba su gran e inseparable amigo. 

Y en la cual vivió muy feliz a lado de su bella esposa. Contaban sus compañeros pilotos, que alguna vez llegaron a ver a Paúl custodiado por un desconocido. Aunque él nunca más volvió a verle recuerda que en una ocasión, después de una noche de juerga y sin haber dormido, el avión estuvo a punto de desplomarse cuando hacía sus prácticas y escuchó la voz de George gritar angustiosamente. 

--¡Despierta Paul, despierta!—Salvándole la vida. 



Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata. 






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