jueves, 11 de abril de 2024

EN LA COLINA ME ACORDÉ-

 


                                                                                



 

Divago en el sendero que es la vida

recuerdo nuestra tarde en Coyoacán

la dicha asomaba tras del volcán

de siestas consumadas que vestidas.

A alucinaciones iban asidas

fue en la colina donde recordé

el día que tu nombre veneré

tatuándolo en mis labios y mi amén.

Me ataviaste de flores de belén

desde entonces mi amor a ti confié.

 

Desde entonces mi amor a ti confié

pues no es fácil en esta vida encontrar

alguien que en vedad te sepa valorar

por eso en mi alma te gravé.

Y de mi dicha de amor te culpé

ahora el cofre del recuerdo avivo

de vagar en la alusión no me privo

merecido lo tengo como premio.

Por amar a tu corazón bohemio

pues eres de mi vida el gran motivo.

 

 

 

 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

EL OLVIDO, TU OLVIDO.

    Acíbar amargo es el olvido, un trago que quema la garganta,   un vacío que se expande en el pecho.   El sabor de la ausencia...