(Décimas endecasílabas)
El destino indomable y caprichoso
nos mete zancadillas cuando quiere
a veces sin que el corazón se entere
víctima es de sufrimiento luctuoso.
Y de volver a amar se vuelve ansioso
por elegir equivocadamente
aunque pretenda amar eternamente
si la razón le gana la partida
Lo sentencia a la pena de por vida.
le niega la dicha como aliciente.
Le niega la dicha como aliciente
lo condena a vivir en soledad
estúpido, envuelto en su necedad
sufre, y eso es totalmente evidente.
Tonto corazón que no se arrepiente
y da cabida a la torpe sinrazón
destrozando del órgano ilusión
cobarde, por no saber comprender.
Que al sentimiento debió defender
hoy suplica al cielo por expiación.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
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