Cuatro décimas me pides
mi querida y bella amiga,
y en ellas quieres que diga:
—¿cuánto pesas, cuánto mides?.
Pero, Ma Gloria no olvides
que desconozco tus besos,
tu altura y también tu peso,
y estando lejos de ti
es difícil para mí,
medir y pesar tus huesos.
Este reto es demasiado
incluso para un poeta,
y cuando llegue a la meta
estaré viejo y cansado.
Pero es un pacto sagrado
que no lo puedo evadir,
y aquí me pongo a escribir
muy cercano a la impotencia,
sabiendo que mi ocurrencia
al menos te hará reír.
Cuatro décimas seguidas
es para algunos muy poco,
pero yo me he vuelto loco,
por dejarte complacida.
La rima se halla perdida
como aguja en un pajar,
y la tengo que encontrar
así me tarde mil noches,
pues si fallo: —¡los reproches
en fila me han de llegar!.
María Gloria aquí te digo
con los ecos del secreto,
que no me gustan los retos,
pero he cumplido contigo.
Soy tu maestro y bendigo
la gran oportunidad,
de demostrar la amistad
de Carreón y de Quiroz.
Bella amistad que con Dios:
—¡durará una eternidad!.
Autor:
ENRIQUE QUIROZ CASTRO
Piura Perú 09/08/2025
Derechos reservados®
No hay comentarios:
Publicar un comentario