Yo te invito a olvidarme vida mía
pues sé que sigo siendo tu tortura
de noche me convierto en tu agonía
protagonista soy de tu locura.
Ruegas a Dios, porque llegue el olvido
más a escondidas lloras tu derrota,
en las tinieblas te sientes perdido
cuando el recuerdo de mi amor te azota.
En vigilia la pasas cada noche
temes cerrar tus
irritados ojos,
el eco en sueños grita su reproche
taladra tu sesera a su antojo.
Y vives pregonando por doquier
que al fin tu gran amor has olvidado
y veo que no logras entender
que de por vida me llevas a tu lado.
Y reconoce de una vez por todas
la esencia de mi amor tienes tatuada
tal rama que renace poda a poda
pues tu alma de mi sigue enamorada.
Maldices el recuerdo de ayer
el haberme encontrado en tu camino,
y todo por no querer reconocer
que este encuentro lo propició el divino.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
Imagen de Google.

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