Caminábamos los dos
como títeres
entre sueños quebradizos,
y un falso pedestal.
Nuestro amor,
se mecía sobre la cuerda floja
como marionetas al compás
de un redondel de besuqueo.
¿Cómo fuiste capaz
de abandonar el alba
por un instante de placer?
Callado bandolero
deslenguado traidor.
Complaciste tu eterna curiosidad,
y me hundiste en la eternidad del agua,
ahora sangran las amalgamas del alma
y rasga la realidad mi sueño de cristal.
Y como títeres quedamos los dos,
la aurora en tinieblas se tornó
masticando el dolor estamos
hundidos en la trampa de la duda,
y la dicha que antaño fue nívea
turbia se volvió haciendo
añicos mis sueños de cristal.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
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