Ahora veo tu amor como una lección aprendida
Te advertí que no era perfecta,
te aclaré que era mujer de carne y hueso,
que sentía las injusticias de la vida
y sobretodo era mujer que sabía ser fiel
al amor y a la amistad
te advertí que mi alma era de cristal
y sin piedad la hiciste añicos.
Juraste amarme sin medida
prometiendo el sol y la cristalera
¡Judas!
con tus labios hiciste la promesa
y con tu mano,
clavaste tu acerado puñal.
Traicionaste nuestro amor
pudo más lo material,
te jactaste jurando fidelidad
ante el ser divino de testigo.
Y hoy que conozco de tu deslealtad
no me queda más que despedirme
he juntado los pedazos de mi corazón
y ha quedado restaurado,
no regreses nunca más porque encontrarás
a una mujer que ha dicho
¡basta de mentiras!
y ha decidido darse una nueva oportunidad.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario