(Octavas reales)
Entre el ir y venir por la pradera
tratando de dejar indeleble huella
aquella tarde en que la primavera
se mostraba esplendorosa, muy bella
hizo que el alma de ilusión vistiera
y me creí del paisaje una estrella
al sentir que el astro me iluminaba
y su insistente mirada buscaba.
Del andar apurado mi pisada
mi enagua se enredó entre la maleza
al detener mis pasos no vi nada
y percibí del verde la pureza
y vi del astro la
estela marcada
que me mostraba de él su gran nobleza
amé su reiterado desafío
dándome cuenta de que ya era mío.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
Imagen de Google.
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