Aquella banca añorada
testigo de nuestro amor
bajo el astro brillador
quedó de ilusión preñada.
Espera nuestra llegada
tal como en aquel verano
cuando juntos de la mano
disfrutamos el momento.
Hasta perder el aliento
amoroso muy ufano.
Con ese tu acento hispano
repetías que me amabas
cuanto también me adorabas
bajo aquel frescor liviano.
Por el Ebro de la mano
disfrutamos del paisaje
del crepúsculo el celaje
yo de tu mirada el brillo.
De caprichoso chiquillo
¡cuánto disfruté del viaje!
Te llevo como tatuaje
y en mi mente enamorada
a la vez ilusionada
leo amoroso mensaje.
El cual del cuaderno extraje
donde dices que me esperas
para arrullar mis quimeras
en la banca solitaria.
Elevando una plegaria
alzando nuestras banderas.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
Fotografía: San Adrián Navarra.
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