Era una tarde cualquiera
el sol se estaba metiendo
verano estaba corriendo
y el viento danzaba afuera.
Todo parecía hoguera
él mi rostro acariciaba
decía cuanto me amaba
rogaba a Dios nos uniera
Y de dicha nos vistiera
ya la esperanza brotaba.
Un gran amor nacía
en solemne juramento
se fusionó nuestro aliento
y de ilusión vestía.
La alegría fluía
poetas enamorados
de versos iban armados
las rimas en vigía.
Gran reverencia hacía
al vernos enamorados.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
Imagen tomada de Google.
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