Se desliza el pensamiento
refrescando la memoria
de dicha se vanagloria
el bendito sentimiento.
Disfrutando del momento
el rocío matutino
ligero líquido fino
que danza sobre mi rostro.
Cuando ante el altar me postro
rezándole al ser Divino.
Rezándole al ser Divino
por sus grandes bendiciones
que alivianan mis presiones
en Él, mi rostro recuesto
y por su palabra apuesto
llevándome de su mano
de su gran amor me ufano
cuando la ruina me alcanza.
Pongo el mal en la balanza
y siento el andar liviano.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
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