domingo, 7 de diciembre de 2025

CONDENADO A CONTEMPLAR MI DICHA.


 




Te entregué mi amor

sin pedir nada a cambio,

rechazando cualquier voz

que brotara del alma para advertirme;

mi sentir, ingrato, se burlaba.

 

​Hoy, a lo lejos, contemplas mi dicha,

arrepentido de tu cruel destino.

 Es tarde ya para volver atrás:

 el tiempo y la vida hicieron lo suyo.

 

​Desde lontananza, condenado al olvido,

 maldices tu suerte; a veces has deseado

 hasta tu propia muerte.

Mientras, yo avanzo, feliz y dichosa.

 

​Agradezco al cielo por mi felicidad,

sintiendo en el alma el peso de tu pena.

 Mas nada hay por hacer,

 la misma vida presentó la factura.

 

 

Ma. Gloria Carreón Zapata.

@copyright.

Imagen de Google.

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