(Prosa poética)
"Porque hay amores que, al partir, no dejan vacío, sino
un rastro de luz que el alma se niega a soltar."
La nube se alzaba en la penumbra de mis sueños, allí donde
navegabas en el instante preciso en que mi pensamiento te alcanzaba. Recorrí tu
mirada, fija en mí desde la distancia, mientras un gesto curvaba suavemente tu
boca y tu figura, distraída, me extendía los brazos sin pronunciar palabra.
Poco a poco, la nube se fue diluyendo, dejando una estela
gris dentro de mi alma. Te dejé partir, no sin antes musitar un adiós. Fueron
sueños que, entre idas y venidas, se enlazaron por un tiempo intentando
alcanzar la gloria.
Alcé la copa, brindando por ese amor que se perdió en la
nada. Retrocedí a los años en que esperé la dicha adormecida, cuando llegaste
tú, del mismo modo en que hoy has partido.
Contemplé mis manos, vacías de futuro; más en ellas hallé la
huella de aquel amor tardío.
Un amor que pasó y, de pronto, se extravió en el vacío del
eterno olvido; ese que, estoy segura, partió hacia el cielo nítido, llevando
consigo la esencia divina de lo vivido.
ESTELA GRIS
(Décima endecasilaba)
En la penumbra donde el sueño
habita,
tu luz navegaba al pensar en mí;
una sonrisa en tu boca presentí
mientras tu mano al abrazo me invita.
Mas la nube de gris mi alma visita,
dejando un adiós que el viento se
lleva;
el brindis hoy mi soledad subleva
por el amor que en la nada se pierde,
y aunque el vacío del olvido me
muerde,
tu esencia divina hacia el cielo se
eleva.
ESTELA GRIS.
(Soneto)
En la penumbra gris de mi desvelo,
tu imagen navegaba en mi memoria;
buscando aquel instante de la gloria,
tus brazos se extendieron hacia el
cielo.
Mas la nube partió con su pañuelo
dejando en mi alma una estela de
historia;
brindé por el amor y su victoria,
mientras tu adiós volaba desde el
suelo.
Miro mis manos hoy, que están
vacías,
sin un mañana fiel, sin la esperanza,
mas guardan el calor de aquellos
días.
Que este amor, que al olvido hoy se
lanza,
lleve al cielo nítido sus alegrías
y la esencia divina en su balanza.
ESTELA GRIS.
(Octava real)
Navegas en la sombra de mi sueño
cuando el pensar te alcanza en la
distancia,
de tu boca un gesto, del cual soy
dueño,
me ofrece tus brazos con elegancia.
Mas la nube se funde en su diseño
dejando el alma gris con su
fragancia;
te vas en el olvido, y mi alma sabe
que en un nítido cielo el amor cabe.
ESTELA GRIS.
(Romance)
Se alzaba una nube blanca
en la sombra de mi sueño,
donde tú siempre navegas
si te alcanza mi pensamiento.
Fija en mí vi tu mirada
desde el horizonte lejos,
mientras tu boca trazaba
un suave y dulce gesto.
Me ofrecías los dos brazos
sin palabras, en silencio,
pero la nube de pronto
se deshizo por el tiempo.
Dejó una estela de gris
en mi alma y en mi pecho,
y te dejé ir, amor,
con un adiós como beso.
Brindé con la copa en alto
por este amor que se ha muerto,
retrocediendo a los años
de aquel afán adormecido.
Hoy miro mis manos solas,
vacías de todo anhelo,
pero en ellas queda el rastro
de aquel amor tan de tiempo.
Sé que se ha ido al olvido,
navegando hacia el cielo,
llevando la esencia viva
de todo lo que tuvimos.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
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