“Nunca digas que amas a alguien si nunca has visto su ira,
sus malos hábitos, sus creencias absurdas y sus contradicciones. Todos pueden
amar una puesta de sol y la alegría, solo algunos son capaces de amar el caos y
la decadencia”.
-Mario Vargas Llosa
En sus ojos y sonrisa
se refugió la alegría
cuando un beso me ofrecía
auxiliado por la brisa.
Pero se esfumó de prisa
sabiendo que lo
quería
mi suave labio mordía
por ingenua por sumisa.
Le lavaba su camisa
y él mucho más me hería.
Sabiendo que lo quería
la arrogancia lo abrazó
al lodo todo lanzó
detestable felonía.
Escudo de su falsía
como Judas Iscariote
después del beso el azote
y una grave herida abría.
Pues bien la maldad vestía
su defensa era el garrote.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
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