Como cada amanecer
aún atolondrada
bendigo la alborada
que me suele acoger,
al correr la persiana
asomo a mi ventana
miro al astro aparecer.
¡Qué bello acontecer!
cuando el alma se ufana
de dicha se engalana
todo vuelve a renacer,
la esencia ilusionada
por el alba besada
el amor siente crecer.
Gracias doy al Creador
por ver el nuevo día
ni fortaleza y guía
de la sabia el dador
nuestro buen proveedor
en Él, mi alma confía.
Él, el pecado expía.
De la paz promotor
guía de mi navío
Dios, en quien confío
mi faro y resplandor
mi clamor y ventura
es amor y dulzura
mi eterno bogador.
Imagen tomada de Google.
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