Escondo mi cansado rostro,
cuando te veo crucificado,
avergonzada del pecado,
mi Señor, mi Dios,
aunque se de antemano,
que tú me has perdonado.
Tú, has enjugado mis lágrimas
y ahora camino de tu mano
hoy he dejado atrás el pecado
y en busca voy de la paz,
esa paz que me guiará
a la ansiada libertad,
rastreo en la vida la vereda
que me lleve a la luz,
la claridad de la oración
que me guía directo
a tu infinito amor.
Tu cariño es verdadero, es vida,
alimento, mi amigo fiel,
la carga siento menos pesada
desde que voy de tu mano
quien sacia su vida en tu palabra
nunca más padecerá de dolor,
eres fuente inagotable
de sabiduría y amor.
Y aunque el diablo busque mi vida
jamás la encontrará,
Tú, la has escondido bajo tus heridas.
Eres el Creador de los cielos y la tierra,
quien vino y ha de venir de nuevo,
con el trono triunfador en tu mano vencerás al mal.
Volverás, estoy segura que volverás,
entonces redimirás nuestros pecados
nunca más se escucharan
lamentos sobre la tierra
solo el canto de paz y libertad
y en los rostros de los niños,
se reflejará por siempre la felicidad.
Eternamente te alabamos,
mi Dios, mi Creador, mi Padre Eterno,
Proveedor de Paz y Libertad.
Autora: Ma Gloria Carreón Zapata.
Derecho de autor 1204100589178
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