Gracias por la vida Señor
que sacrificio tan grande
aunque en oscuridad yo ande
me guías con inmenso fervor.
Gracias por pagar el precio
de mi imperdonable infracción
cegada, inmensa corrupción
que éste corazón tan necio.
A rescatarme has venido
enfrentando a mi enemigo
perdón de rodillas pido
arrepentido, abatido.
Has lavado mis pecados
tan rojos como la grana
hoy níveos como la lana
en el madero clavados.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
Imagen tomada de Google.
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